Londres, una ciudad multicultural

Londres es una ciudad de contrastes, donde se puede ver de todo. Sería imposible nombrar todas las nacionalidades de las personas que van en un simple vagón del metro, desde hindúes a nigerianos. Me parece algo fascinante, tener la posibilidad de conocer cosas de otro país de una manera tan sencilla. Lo extraño es encontrar a un londinense de pura cepa.
También es una ciudad muy turística, millones de personas deciden pasear por las calles de Londres. Una escapada de fin de semana o estancias más largas. Los precios oscilan, en general todo es carísimo pero se puede visitar Reino Unido sin gastarse una millonada. Yo lo he hecho en varias ocasiones.
La primera vez que visité Londres, coincide con mi primer viaje en avión. Tenía 15 años, era nuestra excursión de final de curso. Vendimos rifas, cafés, chocolates… así que nos salió por dos duros. Incluso organizamos un festival de música con grupos locales. Por casualidades de la vida, nos alojamos en un hotel cercano a Piccadilly Circus donde 40 años antes, mis abuelos estuvieron trabajando. Emigraron a Reino Unido en la década de los sesenta en busca de oportunidades, trabajaron sin descanso durante cinco años y arreglaron su casa de Pontevedra e invirtieron sus ahorros en un negocio para finalmente volver a su tierra.
Desde luego aquel viaje no se parece en nada a mis siguientes visitas a la capital de Reino Unido. En el verano en el que cumplí los 17, estuve estudiando inglés en una academia cerca de Hyde Park, gracias a una beca de idiomas. Fue el momento en el que me di cuenta de lo mucho que me gustaba viajar y lo sencillo que es conocer a gente de todas las partes de mundo. Me asustaba la lengua, pasar los exámenes de la escuela y moverme sola por una gran ciudad. Un gran mes de julio, que me cambió completamente: Mi primera vez…. Recorrí cada rincón de la ciudad.

Mi hostel estaba en Belsize Park, al lado de Candem town.
Hice otras escapadas, mi hermano estudió en Londres y después empezó a trabar allí al igual que otros muchos gallegos. Tuve la oportunidad de viajar y pagar únicamente el billete de avión. Fueron viajes en familia, incluso se animó mi abuela. Siempre recordaré un restaurante boliviano, en la zona de Elephant & Castle, donde comimos un asado a un precio muy económico. Fue mi despedida, un mes más tarde estaba en un avión cruzando el Atlántico con destino: Chile.

Con mi madre, Soho. Junio del 2014.

Palacio de Westminster, junio del 2014.

Piccadilly Circus, junio 2014.

Museo Británico, junio del 2014.
Y la última vez que estuve en Londres, fue en el mes de octubre cuando estuve trabajando como aupair: Au pair en Londres. Siempre me gusta volver y fijarme en los pequeños detalles, lo que más me atrae de la ciudad es la mezcla de culturas. Ya he comentado lo fácil que es ver a personas de países lejanos, cuyas creencias o formas de vida nos llamarán la atención. Ya conocía el Londres turístico, así que dediqué todas mis energías a fotografiar ´´las cosas no importantes´´. Inmortalizar momentos como por ejemplo ir en el metro y ver la soledad de la gran ciudad, un vagón lleno de gente en la que nadie habla y las miradas están perdidas. El agobio de una larga jornada laboral o el cansancio que implica perder dos horas en ir y volver del trabajo.

El arte de retratar extraños… Miradas perdidas en un vagón cualquiera del metro. Personas que se sientan juntas y no hablan entre ellas; la soledad de la gran ciudad.
Londres es una ciudad de oportunidades, el lugar idóneo para desarrollar una carrera profesional y emprender una aventura empresarial. Aunque no todo es un camino de rosas, los alquileres están por las nubes y hay mucha competencia, pero trabajando duro se puede conseguir todo lo que uno se propone. Son muchos los españoles que se han ido a trabajar a esta ciudad, algo que no es nuevo, ya he dicho que mis abuelos hicieron lo mismo años antes. Cuando mi madre era joven, lo máximo era viajar a Londres y traer en la maleta ropa punk y discos de música que en España era imposible conseguir. La década de los 80.
Todos los espectáculos, estrenos de cine, políticos relevantes, la moda… pasan por la capital inglesa. Yo aproveché para ir a un musical de Queen, las opciones son numerosas y cada poco tiempo cambia el repertorio. Toda esa oferta es difícil encontrarla en una ciudad española. A Madrid llega todo después, desde las modas de ropa al cine. Por ejemplo, recuerdo que en el verano del 2011, cuando estuve estudiando inglés en Londres, vi chicas que llevaban una parte de la cabeza rapada. En 2012 empecé la universidad, era común ver ese peinado, el cual había visto un año antes en Londres. En 2014, me fui de Erasmus en Chile y me pasó lo mismo, parte de mis compañeras llevaban ese look. Curioso.
Londres merece la pena, hay un mundo más allá del Buckingham Palace y el cambio de guardia. A mí me gustaría conocer mejor Reino Unido y visitar otros lugares que no sean Cambridge o Londres, quizás en un futuro próximo sea posible.
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