Somos el grito de las que ya no tienen voz

Ayer fui a otra concentración contra la violencia machista en Compostela. Año nuevo (2017), aunque continuamos con el mismo escenario: otra mujer es asesinada por su pareja, esta vez en Carballiño (Ourense). Los vecinos dirán a los medios que era un buen hombre, que no tenía mala pinta, que jamás escucharon quejas y que están tristes al conocer la mala noticia. Todos sabemos que los trapos sucios, se lavan en casa. ¿Hasta cuándo los secretos de familia van a ocultar violaciones y otras agresiones contra las mujeres? Los discursos vacíos no sirven para nada, pocos son los mecanismos reales que permiten intervenir en el ámbito doméstico-privado. Es cosa suya, que se maten entre ellos. Si alguna mujer denuncia, primero se enfrenta a un tribunal y un infierno burocrático, después se da cuenta de que las leyes son insuficientes y que no está segura en ninguna parte. Sólo hay miradas acusadoras. Y desgraciadamente, en numerosas ocasiones encontramos los cuerpos de las que no han sobrevivido al terrorismo machista. La doble moral. La hipocresía del supuesto progreso.
Creo que no está de más recordar las palabras de una mexicana que conocí en Latinoamérica: ´´siempre que salgo de mi casa de DF, intento ir con bragas limpias y un sujetador bonito. Además le dejo doble ración de comida al perro y agua. Lo hago por si no vuelvo a casa; porque un desgraciado ha decidido cruzarse en mi camino, me ha violado en la calle, mientras la gente mira hacia otro lado, e incluso me mata. Me preparo por si al día siguiente sale mi foto en un periódico sensacionalista y la gente comenta: muy guapa, pero qué ´´puta´´ era.´´
Aparecerán más nombres en la lista de asesinadas por culpa de la violencia machista, con diferentes características y una cualidad que coincide: ser mujer. Las últimas abonadas fueron unas chicas de casi mi edad (yo tengo 22), en el mes de diciembre. Me da vergüenza y rabia estar protestando por esto; hemos cambiado de siglo y generación pero no es verdad que hayamos ganado igualdad, dignidad y libertad. Sigo gritando lo mismo que mi madre, mi abuela y otras muchas mujeres. El patriarcado está cómodo en su posición hegemónica. Parece que una mujer tiene que pedir permiso para vivir o eso quieren que pensemos.

Calle cortada por la concentración que terminó siendo una marcha hasta la Praza Cervantes. Compostela. Un simple ejemplo, hubo movilizaciones en A Coruña, Vigo, Lugo…
El machismo mata y los medios rematan, otro lema muy recurrente para nosotras. Los mal llamados hombres que asesinan a sus parejas, no son locos, son HIJOS DEL PATRIARCADO. El fruto de un sistema que reduce a las mujeres a simples objetos prescindibles, aquí y a 13.000 kilómetros. No aparecemos muertas, somos asesinadas. Las mismas palabras que escuché en Argentina, Chile o Brasil. El mundo seguirá tapando las orejas, dirán que son casos aislados y no agresiones sistemáticas, que el Feminismo no es la solución… Sueño con el día en el que no tengamos que llamar a una puerta con una sonrisa y buenos modales, para decir: ´´disculpe señor burócrata, estamos siendo asesinadas´´.
La única alternativa que nos queda es protestar en la calle y dejar claro que tenemos derechos. No creemos en hadas ni en príncipes azules, depende de NOSOTRAS conquistar nuestro legítimo derecho a vivir sin disculparnos por tener útero. Tampoco somos víctimas, sino supervivientes dentro de un sistema que nos ahoga. Muchas son aniquiladas: Virginia, Ana María, Tatiana… las que quedamos somos el grito de las que ya no tienen voz.
Tal vez la próxima de la lista vergonzosa sea yo, una amiga, una vecina u otra mujer que para mí será anónima PERO NO INDIFERENTE. Cada caso de feminicidio es un atentado, una prueba de que el terrorismo machista continúa intacto. Habrá más mujeres asesinadas porque no hay voluntad política. Hay fotos los días marcados con la desgracia, sin embargo, buscar el fin del patriarcado sigue siendo una apuesta perdedora.
¡Basta ya de machismo!
¡Nos queremos vivas!
¡NI UNA MENOS!
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Hola, Laura!
Antes que nada, felicitarte por tu página.
Una alumna ha utilizado la frase “somos el grito de las que ya no tienen voz” para una pieza musical, que encabeza tu artículo y que usas también en él. Estamos buscando la autoría de dicha frase, pero está siendo complicado. ¿Podrías despejarnos la duda?
Un saludo y mucho ánimo,
Río.
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Hola Río,
Muchas gracias por tus palabras. Lo cierto es que usé este lema porque es un clásico escucharlo en protestas feministas, sobre todo, desgraciadamente, cuando hay femicidios. Nunca supe quién lo dijo, pero es una frase colectiva.
Te mantendré informada,
Un abrazo!
Laura
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Y por cierto, me encantaría escuchar esa pieza:)
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