Cómo encajar los comentarios negativos si escribes un blog feminista

En más de una ocasión he pensado dejar de escribir y cerrar el blog. Me encantan todos los cambios de la página, la madurez que estoy adquiriendo a la hora de redactar, me hace ilusión publicar novedades… pero siempre hay dos cosas que hacen que me pregunte si debo darle a enter: vergüenza por hacer pública mi opinión y los comentarios machistas que recibo. 

Al principio, mi blog era insípido. Un montón de información desordenada y ni siquiera yo tenía claro cuál era la razón por la que escribía. Con el tiempo, fui perdiendo la vergüenza y los miedos, plasmando mi opinión y narrando historias en primera persona. Sin querer violar mi intimidad, distinguiendo lo privado de lo público. No quería pecar de egocentrismo o prepotencia. No soy ejemplo de nada, ni lo pretendo. Y sí, Laura y Sen Enderezo no son perfectAs.

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Braga, Portugal

Me animé a hacer algo que realmente me llenaba: viajar sola e intentar animar a otras mujeres para que lo hagan. Es decir, escribir desde una perspectiva feminista. No entiendo otra forma de redactar que no implique ponerse las gafas moradas. Estaba harta de que hablasen de mí como si yo fuese una heroína o una persona hecha con otra pasta. Soy una mujer de lo más normal, con sus manías, sus miedos, sus meteduras de pata, su carácter, sus ataques de risa interminables… Una cualquiera.

Estos tres años de Sen Enderezo, han sido un continuo aprendizaje y creo que me he vuelto más atrevida. Tanto como para tocar temas no correctos, como podría ser hablar de la menstruación (enlace), la regla de toda la vida, o las agresiones sistemáticas que sufre toda persona ´´no hombre heterosexual´´cuando vuelve a casa por la noche (enlace). Evidentemente, sabía que abría el cajón de los truenos.

Sin embargo, como ya he comentado, no todo ha sido maravilloso. La lista de insultos machistas que he recibido, no es corta. La mayoría no eran ni originales, la simple reproducción de los tópicos de siempre. Uno que me llamó mucho la atención fue: ´´Es más importante tu talla de sujetador que lo que escribes´´. No pienso repetir otros comentarios que forman parte de este discurso retrógrado, ni siquiera soy capaz, se me atraviesa en la garganta y me dan ganas de vomitar. Puedo asegurar que si dedico mi tiempo a esta página, no es para lucir mis tetas y opino que sus dimensiones (que si son grandes, medianas, pequeñas… ¿qué importa?) tampoco debería ser relevante. Por otro lado, es mi cuerpo y yo decido qué enseño y qué no enseño. Queda mucho por hacer, hasta que consigamos que a una persona se le trate con respeto sin mirar primero qué genitales tiene. Me encantaría pensar, modestia a parte, que mi blog colabora a abrir grietas en el maldito techo de cristal.

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Londres, Reino Unido

Lo triste es que los comentarios no son únicamente de hombres. Algunas mujeres me han escrito para cuestionar la veracidad de los hechos, llamarme temeraria o inconsciente. En resumen, culpabilizarme de las barbaridades que un hombre podría hacerme. Jamás deberíamos ser cómplices del juego de la culpa, las mujeres ya lo tenemos bastante naturalizado y sabemos lo difícil que es despegarnos de todos esos prejuicios. Es decir, primero nos maltratan, violan o matan y después resulta que nosotras hemos causado todas esas desgracias. Y lo peor, es que inconscientemente, nos lo creemos. Cuando un ladrón roba, el sentido común te dice que el culpable es él y no la persona a la que ha robado. Creo que es algo básico y fácil de comprender, aunque algunos no estén dispuestos a aceptarlo. Al final, todo es una cuestión de voluntad.

Ser blogger no es sencillo, incluso cuando no eres super-mega-hiper famosa. Las críticas son numerosas, la persona que escribe se expone a un mundo anónimo y patriarcal. Sí, queridxs, una mujer siempre recibirá más peros: podemos tener iniciativa en la cama, pero tiene que ser con nuestra pareja y bajo sus órdenes; podemos tener iniciativa para ser madres, pero ya luego tú te apañas con el tema de los pañales, la conciliación familiar y esas historias; podemos tener iniciativa en el trabajo y ser altas ejecutivas (la Constitución dice que podemos lograrlo), pero estamos solas en la batalla porque la gente no entiende (o no quiere entender) que igualdad y equidad no son lo mismo… Una larga lista de peros, la doble moral.

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Valparaíso, Chile

Ante este panorama, todas pensamos dos veces qué decir, qué escribir, qué hacer… negarlo sería absurdo. Sin embargo, estoy convencida de que todo el esfuerzo que he dedicado a Sen Enderezo, ha merecido la pena, sin importar las veces que me he cabreado o los momentos que me he sentido decepcionada. Nada nuevo bajo el sol, las mujeres estamos acostumbradas a soportar tempestades de sal. He hablado de los comentarios machistas que he recibido, pero también me han mandado mensajes motivadores y llenos de cariño. Palabras de aliento que han hecho que continuase trabajando en este espacio, en el que yo decido qué, cómo y cuándo se publica. No tengo ni idea de si es bueno o malo, si mi trabajo es de calidad o no, útil o una pérdida de tiempo… cada uno debe sacar sus propias conclusiones y todas las opiniones, partiendo del respeto, son válidas. Me basta con todo lo que he aprendido, empezando por todo lo que ahora sé sobre Laura. Ser mochilerxs, no debería tener género.

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10 Comments on “Cómo encajar los comentarios negativos si escribes un blog feminista”

  1. Has puesto palabras a lo que creo -todas-, nos enfrentamos al escribir. Sea o no desde una perspectiva feminista. No hay entrada que no me piense y me lea al menos cinco veces repasando palabra por palabra. No sé si llamarlo miedo sería adecuado, pero el caso es que existe esa sensación de inseguridad que se hace ovillo en las tripas, como cuando paseas por la calle y te cambias de acera porque no quieres pasar por ese círculo de hombre que ya te ha mirado con afán de desnudarte. ESA sensación de estar expuesta al mundo, al patriarcado. Pero si algo me tranquiliza es que estos son espacios bajo nuestro control, y somos nosotras quienes escribimos, decidimos absolutamente todo lo que queremos publicar y lo que queremos filtrar.
    Creo que es muy valiente contar lo que nadie quiere oír, esta verdad que nos corrompe y deja ciegos. Y lo importante que resulta una sola voz que se aleje de lo estipulado.
    Ánimo compañera 🙂

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    • Muchísimas gracias por tus palabras.

      Cada una de ellas es un impulso para seguir trabajando y lograr que todas las mujeres seamos libres de hacer lo que nos parezca. No podría haberlo explicado mejor. Y desde luego, pasito a pasito vamos cambiando las cosas; aunque sea ponerle nombre a la desigualdad que nos rodea. Tenemos el deber de romper con todos esos techos!

      Te mando un gran abrazo,
      Laura

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