San Cibrán, un fin de semana en una casa de turismo rural

En octubre, Xuventur junto con la Xunta, lanzaron una iniciativa para promover el turismo rural gallego. Creo recordar que en total había seis programas: desde ecoturismo a coaching. Lo que compartían todos, eran las actividades respetuosas con el medio ambiente y resaltar la importancia de nuestro patrimonio material e inmaterial.

Mapa para situar la aldea de San Cibrán
Y para terminar, diré que pasar todo el fin de semana en un idílico lugar no implicaba un alto coste, de hecho fue una actividad subvencionada y los participantes no pagaron nada. Lo único que nos preguntamos todo, fue cómo se habían elegido las casas rurales ya que desconocíamos el proceso de selección. Ojalá una idea tan buena, no se haya contaminado por chanchullos y favores entre amigos con un determinado carné.
Reconozco que fue difícil elegir solo un programa. Los lugares del encuentro eran: Xurés, Manzaneda, O Caurel, Fragas do Eume, Ancares o Carnota. Después de pensarlo bien y descartar Muíños (Xurés) por culpa de los incendios que dejaron la zona hecha cenizas, decidí ir a Carnota. Nuestras monitoras fueron una bióloga y una ingeniera forestal, con amplio conocimientos. Además de ser muy amables, era evidente su dedicación y compromiso con el ecoturismo. Tuvimos interesantes debates y en dos días puedo decir que aprendí muchas cosas y reflexioné sobre todo lo que tiene que ver con los entornos naturales y su conservación.

Vistas desde San Cibrán…
Nuestra casa rural estaba en la aldea de San Cibrán (enlace). Ese fin de semana no contaba con coche y tuve que llegar en autobús. Todos los gallegos saben que nuestro fuerte no es el transporte público, pueden preguntárselo a cualquiera que sea da Mariña (Lugo) y estudie en Compostela: elegir comer una semana o gastar ese dinero en visitar la familia. Pagué casi diez euros por un trayecto que en coche no es una hora y media, yo tardé casi tres. No aceptaron mi carné xove (más información) y pagué la misma tarifa que todo el mundo.
El autobús no llega hasta la aldea, bajé en O Viso (la siguiente parada después de Carnota) y tuve que caminar tres kilómetros. No tenía internet en el teléfono. Utilicé el método tradicional para llegar a los sitios, muchas veces más efectivo que el dichoso google maps. Acabé perdida en medio de pistas forestales y carreteras con curvas. No había casas ni tampoco vecinos. Paré un coche para preguntar y un señor muy simpático me dijo que me llevaría. Sin saberlo y por pura casualidad, hice autostop en solitario por primera vez en mi vida (enlace de otra experiencia de autostop: Portimão y Lagos, primera vez que hice autostop). Se metió por caminos de tierra, se notaba que conocía bien el camino, y me dejó a menos de un kilómetros porque él tenía que ir a trabajar. Fue más que suficiente.
El viernes, después de las cinco y media de la tarde, fue llegando el resto de la gente. Se podría haber organizado mejor el transporte, algunos de mis compañeros de fin de semanas salieron desde Compostela o Ourense. Si hubiésemos tenido el listado, habíamos podido compartir los gastos del viaje y no llevar 12 coches para 18 personas. La mayoría, no se conocía de antes. Sí que fueron un par de parejas y un grupo de amigos, el resto éramos desconocidos. Las habitaciones eran de dos personas y yo dormí con una chica de Terra Chá (Lugo). Resultó que teníamos muchas cosas en común, Paula ha viajado mucho por Europa. Estudió magisterio, pero su verdadera pasión es conocer mundo. Su última aventura fue por Europa del Este, donde fue con un par de amigos y se movieron con autostop y couchsurfing. Sabe más cosas sobre tiendas de campaña que yo y es una fiel amiga de Decathlon. Es un placer encontrar a personas así.

Una carretera para hacer autostop…
Repito que fue un fin de semana de constantes risas, charlas sobre el medio ambiente, la fauna y flora de la reserva, nuestros hábitos alimenticios… con personas de entre 18 y 30 años. Lo curioso, todos dijimos lo mismo, es que nadie fue porque simplemente era gratis. Desde diferentes puntos de vista, todos estábamos interesados en el ecoturismo y el respeto al patrimonio gallego. No esperaba encontrar a gente tan interesante, lo digo sinceramente. Así que, si eres gallego o resides en mi preciosa tierra, entra ya en la página web de Xuventur y busca actividades de este tipo.
Dejaré por aquí los datos de la casa rural de la aldea de San Cibrán. Unos menús de diez, un trato excelente y un entorno muy bien cuidado. Aunque la restauración de la casa fue anterior a algunos planes de la Xunta, aunque el gobierno no está especialmente interesado en conservar lo nuestro, y hoy no serían posibles algunos de sus elementos. Por ejemplo, las luces exteriores que provocan una gran contaminación lumínica. Nos dimos cuenta el sábado por la noche, cuando intentamos ver las estrellas con unos modestos métodos.
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