Bayonne, empezando una aventura en Francia

Después de muchos meses, me pongo frente al teclado del ordenador para narrar mi viaje por Francia. La segunda quince de agosto, junto a mi pareja, estuve perdida por los Pirineos y visitando algunos châteaux del sur de Francia.

En esta ocasión, decidimos movernos en coche. No teníamos claro a dónde queríamos ir de vacaciones, pero después de ver los elevados precios de los billetes de avión descartamos la idea de mochilear en un país lejano. Por pura casualidad, empezamos a hablar de los Pirineos y las rutas de senderismo que podríamos hacer. Y para finalizar, conocer algunos castillos perfectamente conservados.

Pusimos un anuncio en blabacar (enlace): Santiago de Compostela – Bayonne (732 km). Respondió una señora de casi setenta años, francesa de origen pero una viajera experimentada. Muy graciosa la situación: cientos de kilómetros sin poder comunicarnos, ella solo hablaba francés. Tengo un problema con ese idioma, soy completamente negada para comprenderlo e incapaz de hablarlo. Siempre que viajo, utilizo el inglés aunque en ocasiones tampoco ha servido de nada: Moldavia y Rumanía, viajar sin hablar.

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Santiago de Compostela – Bayonne (732 km)

Sabíamos cuatro palabras francesas y un par de expresiones, lo suficiente para ver que Anne Carole era una mujer entrañable. Estaba en Compostela porque hizo el Camino de Santiago, la ruta portuguesa. No comprendimos los detalles, con gestos era un poco complicado, pero con una sonrisa se entienden muchas cosas. Era evidente que esa jubilada había viajado a un montón de países, vivido numerosas experiencias y que la edad no podía ser un freno (67 años, 62 referencias en blablacar). Ahora, volvía a su Francia natal para pasar unos días en casa de un amigo de Bayonne. Y de paso, ayudarnos con 45 euros para sufragar los gastos de nuestro viaje.

Pasamos todo el día en el coche, desde las diez de la mañana que recogimos a Anne Carole en la estación de autobuses de Santiago hasta las siete de la tarde cuando llegamos a Bayonne. Al llegar a la frontera con Francia, había algunas retenciones. En Bayonne, habíamos contactado con un host a través de la página de couchsurfing: enlace. Dani, mi pareja, sabía de la existencia de esta forma de alojamiento y una alternativa a los tradiciones circuitos turísticos. En Compostela, ha conocido a varios de mis viajeros hospedados y todas las experiencias han sido positivas (ejemplos: Fede (Córdoba, Argentina)Suiza y Alemania en Compostela). Fue la primera vez que utilizó couchsurfing para alojarse en la casa de un desconocido. Por el contrario, yo no he utilizado AirBnb y él sí. Después de meses escuchando mis historias (hablo demasiado y seguro que repito lo mismo mil veces), probó este mundillo mochilero.

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Bayonne, Euskal Herria

Nuestro host dio señales de vida sobre las nueve de la noche. Vivía con su pareja y un bebé. Lo que narraré a continuación es un tanto surrealista. Bien, couchsurfing es una maravillosa forma de viajar conociendo a gente local. En este caso nos hospedó un hombre de mediana edad de origen vasco, una mujer francesa (natural de Pau) un poco más joven, un bebé de un año y un perro simpático. Podíamos hablar español, nuestro francés repito que es precario.

La página web de couchsurfing aporta mucha información sobre las personas que buscan un alojamiento (aunque sea un trozo de suelo) y los locales dispuestos a apadrinar viajeros: gustos, estudios, lugar de procedencia, países que ha visitado, anécdotas de viajes… No quiero caer en tópicos, solo había tenido una mala experiencia couchsurfing en Brasov (Rumanía): puedes leer más información en este enlace. Y en Bayonne, ocurrió otra experiencia que me hubiese gustado evitar. Tenían unas vidas completamente desorganizadas, unos planteamientos simplistas, anécdotas fantasmadas, bastantes prejuicios y una forma de hablar o actuar que no nos parecía educada. Resumiendo, jamás serían nuestros amigos.

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Una calle cualquiera…

Pasada la noche, preferimos continuar con nuestro viaje y olvidar las últimas horas con esas personas que jamás volveríamos a ver. Nada grave, simplemente una situación incómoda. Lo importante era nuestra compañía y el viaje que acababa de empezar. Por la mañana fue cuando realmente visitamos Bayonne, no es muy grande por lo que un día es suficiente. El único referente que teníamos sobre la ciudad era que pertenece a Euskal Herria. Allí, como no podría ser de otro modo, hablan euskera y conservan sus raíces. Una ciudad tranquila, con mucha historia que contar y donde se puede ver una interesante mezcla de estilos arquitectónicos. Muchos han recomendado su gastronomía.

El constante debate sobre couchsurfing…

Cualquiera puede abrir un perfil en couchsurfing, hay gente amable y simpática y otros que de mente abierta tienen muy poco. Es cuestión de suerte. Hay que hablar de todos los aspectos del viaje, tanto lo positivo como lo negativo. Normalmente la gente únicamente habla de sus maravillosas vacaciones y que la comunidad couchsurfing es magnífica.

Ojo, hay de todo. Por ejemplo, el machismo no ha ignorado esta web y en muchas ocasiones he recibido proposiciones sexuales cuando yo solo buscaba un sofá o estaba dispuesta a prestar el mío. He escuchado algunos testimonios similares de otras mujeres viajeras, incluso en la ciudad gallega de Vigo para que no pensemos que solo ocurre en Europa del Este. Una amiga recibió en casa a una chica irlandesa, después de que se fuese de un piso donde su host (gallego) impuso que debían dormir en la misma cama (información que ocultó). Los hijos sanos del patriarcados, no entienden de fronteras o nacionalidades. Couchsurfing no nació para buscar sexo, existen otras webs con esa finalidad. Y por supuesto, la culpa no es de una viajera que se mete en la casa de un desconocido. El que acosa, viola o intimida es el único culpable. Pocas han dejado constancia por escrito del acoso que sufrieron (o algo peor), haciendo que sus experiencias sean ignoradas e invisibilizadas.

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Otra anécdota, cuando viajé a Milano (Italia), puedes leer aquí mi viaje: enlace, encontré alojamiento en couchsurfing. Conocí a un chico que estudió un año en Vigo, como estudiante Erasmus. Además de hablar galego de forma simpática, también fue interesante saber qué opinaba sobre la comunidad couchsurfing de su ciudad. Francamente, afirmó que había dejado de asistir a las reuniones de couch porque la mayoría de hombres de Milano solo buscaban sexo. En sus perfiles se mostraban como simpáticos anfitriones y expertos viajeros, pero cuando cerraban la puerta de casa eran unos auténticos cerdos.

Fácil, sospecha si las referencias son únicamente escritas por mujeres. Alguien que solo acepta mujeres, ya es raro. Escribe con sinceridad, evita que otra mujer soporte a un asqueroso machista. Todo hay que decirlo, cuando busqué host en Milano (igual que en Atenas u otras ciudades) algunos dejaban claras sus intenciones: si vienes vamos a compartir cama (he puesto la versión menos soez). Mal hecho porque couchsurfing no es para eso, pero al menos fueron sinceros. Cuando no dicen su propósito y juegan a ver si cuela y cae alguna, la única opción que te queda es largarte de su casa y buscar cualquier alternativa. Un dato importante, para la gente que se esté echando las manos a la cabeza, la mayoría de las violaciones ocurren en el círculo cercano a la víctima y no entre desconocidos. Tenemos derecho a viajar y vivir tranquilas, sin dar explicaciones a cada paso que damos.

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Todas las fotografías son de Dani Candal, yo no tengo tan buena mano.

 

7 Comments on “Bayonne, empezando una aventura en Francia”

    • Hola,

      Muchas gracias por tu comentario. Esas palabras son las que me animan a seguir escribiendo e intentar ser más constante. Los Pirineos franceses son bastantes ignorados, normalmente los turistas ven solo París y se van. Un error.

      En las próximas semanas publicaré más coasas sobre nuestro viaje por Francia. Por cierto, las fotos son mérito absoluto de mi pareja.

      Un abrazo,
      Laura

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  1. Me parece genial q animes a contar sus experiencias en couchsurfing tal como ocurrieron. Se ocultan muchas cosas por no recibir una mala crítica. En couchsurfing no tengo apenas experiencia, pero sí en Workaway, donde hay auténticos explotadores q la gente no denuncia por no tener una mala crítica. Flaco favor a los demás y a uno mismo. Un saludo.

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    • Hola,

      Es maravilloso tu comentario porque yo no tengo experiencia con Workaway. Conozco los testimonios de otras personas, que me cuentan lo mismo que tú: explotación laboral. En lugar de ser una economía colaborativa, muchos utilizan la comunidad para conseguir trabajadores gratuitos y sin seguro contra accidentes y ese tipo de cuestiones. Una vergüenza que pocos son capaces, o quieren, denunciar.

      Admito que cuando empecé a utilizar couchsurfing o blablacar, mis comentarios siempre eran superficiales y benévolos. Ahora, estoy harta de maquillar las palabras y no me parece justo para los que vienen detrás (especialmente si son mujeres). En couchsurfing hay mucho machismo, algo que no tenemos que soportar. Las referencias deberían ser representativas y constructivas, no meras palabras bonitas para que la crítica de tu perfil también sea positiva.

      Gracias por tu aportación y ser de esos que se ponen frente al teclado.
      Un abrazo!

      Laura

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    • Hola,

      Entiendo perfectamente lo que dices, ocurre cuando vives con personas de diferentes nacionalidades. Después, quieres conocer sus países por haberte hecho ganas durante meses.

      En este mes de enero y en febrero, continuaré publicando artículos sobre nuestro viaje a Francia. Bayonne solo fue el comienzo de una buena aventura. Ojalá continúes siendo una lectora del blog.

      Gracias por tu comentario,
      Un abrazo!
      Laura

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