Carcassonne, último destino en Francia
Se terminaba nuestro viaje a Francia. Dos semanas en las que no paramos de ver lugares mágicos, preciosos y muchos de ellos ignorados por las convencionales guías turísticas. Además, las cosas son mejores todavía cuando vas con una buena compañía. Durante mucho tiempo he viajado sola, continuaré haciéndolo ya que es una experiencia gratificante, pero tener a alguien dispuesto a ir a la aventura (sin una rígida ruta y una lista de: qué ver o hacer en x sitio) es algo que se agradece. Me siento afortunada, la cuestión es encontrar a alguien que busque lo mismo.
Nosotros dormimos en casas de couchsurfing, hicimos acampada libre o nos quedamos en campings con precios económicos. Viajar no es para ricos y Francia no es solo París, quien diga lo contrario solo demuestra que no se ha despegado de los prejuicios que nos han metido en la cabeza desde niños. Con un austero presupuesto, se puede hacer mucho. De hecho, el castillo de Carcasona es gratuito para todos aquellos menores de 26 años. Tuvimos una gran suerte, una semana después Dani estaba de cumpleaños y ya no entraría en ese grupo. Nos ahorramos ocho euros que nos vinieron muy bien.
Carcassonne, Francia
Dormimos en un camping de la ciudad. Llegamos por la noche, sabíamos que iba a llover y no teníamos ganas de buscar un lugar seguro para echar la tienda. Nos dejamos vencer por el cansancio acumulado después de tantos días de viaje. No tomamos una buena decisión, pagamos casi 30 euros por dormir en un trozo de suelo en un camping abarrotado. Había tanta gente que los baños y las duchas daban asco, algo que no esperas cuando pagas esa cantidad de dinero.
Llevábamos bien las cuentas, estábamos gastando menos de lo previsto y decidimos no hacernos mala sangre y tirar la casa por la ventana. Aceptamos que habíamos perdido ese dinero, completamente malgastado, e incluso nos reíamos de lo falso que era el cartel del camping que decía que era de lujo. Tenía piscina y un parque infantil, por la mañana aproveché para darme un baño, pero fue un timo. El punto de acampada juvenil de Foix, no tenía nada que envidiar: Foix, empezando la ruta de los châteaux.
Entrada general: 8 euros. Menores de 26 años: gratis.
Después de Carcasona, fuimos a Toulouse. Solo dormimos en un camping (creo que 15 euros en total) y empezamos nuestro viaje de regreso. Como ya he contado en mi artículo sobre Cirque de Troumouse, Dani perdió el teléfono y no pudimos usar su cuenta de blablacar porque no recordaba la contraseña. Ese tipo de cosas que fastidia cuando desaparece tu móvil. Usamos mi perfil, pero nadie quiso hacer el trayecto hasta Santander y no estábamos dispuestos a entrar en la ciudad de Pau por menos de 10 euros. Volvimos por nuestra cuenta, lo que encareció más nuestro viaje aunque diré bien claro: gastamos menos de lo que estás pensando.
Detesto la gente que hace este tipo de cosas, especialmente cuando le enseñan a los niños que esa actitud es normal. Es un castillo de la época medieval, con gran valor histórico y arquitectónico, no dos columnas insignificantes que podrías tener en casa. Obvio, lo han colocado en ese sitio con ese fin: que los turistas se hagan fotos. Cero respeto hacia la Historia.
Hicimos una parada técnica en Hondarribia y pasamos la noche en un hostal de carretera cerca de Santander. Cómico el lugar, el bar estaba lleno de recuerdos taurinos. El dueño no atendía a la gente, decía que allí solo gobernaba su mujer y ella se dedicaba a leer el periódico pero la sección de esquelas. Nos dimos el capricho de comer solomillo y otras cosas ricas, además de vino para cerrar nuestro viaje a Francia. Unas buenas semanas, llenas de anécdotas y bonitos recuerdos.
Fotografía de Dani Candal.
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