Machismo en couchsurfing: quiero viajar, no sexo

Ayer fue un día histórico. Ocho de marzo. Millones de mujeres siendo el grito de las que ya no tienen voz. Por primera vez en la historia del Estado Español, se convocó la primera huelga de mujeres. Un gran paso, aunque muchos critiquen la jornada y las reivindicaciones porque temen perder sus privilegios. Las calles de Compostela, como las de otras ciudades y pueblos, llenas de mujeres con fuerza para quebrar el sistema patriarcal que nos oprime, por el mero hecho de no ser hombres heterosexuales.

Paramos. Ni cuidados, ni cumplir con la jornada laboral remunerada. Mujeres de todas las edades, diferentes clases sociales, con o sin títulos académicos, ideas políticas de todos los colores… diversas, pero unidas. Cada cara, una historia y un factor común: estar hartas de vivir con miedo, siendo tutorizadas y pisoteadas.

En la manifestación, cuando sostenía mi pancarta (Somos o berro das que xa non teñen voz), no podía dejar de pensar en todas las situaciones de mi vida en las que he tenido que dar explicaciones por hacer algo poco adecuado para una mujer. Nosotras somos abusadas, acosadas, violadas… y tal es la hipocresía del machismo que pretende hacernos culpables. Las viajeras, por desgracia, conocemos bien esta escena:

Vas a tomar un café con una amiga. Estás emocionada después de tu viaje a (X) y le cuentas algunas anécdotas…

– Amiga: No sé cómo se te ocurre ir a (introducir lugar) y dormir en la casa de un extraño. Hacer el couchsurfing ese…

– Tú: Hay de todo. Evidentemente hay hombres que lo utilizan para buscar sexo, otros simplemente entienden la finalidad de la web y echan una mano (en el buen sentido). También hay mujeres viajeras y anfitrionas, de esas que deben estar un poco chaladas.

– Amiga: Es que hay que estar loca para hacer eso… Meterte en la casa de un desconocido, es pedir que te haga cualquier burrada… Hay que tener mucho cuidado.

¡BASTA!

He escuchado tantas veces esas frases que ya las he normalizado. No puedes caminar por la calle a altas horas de la noche, no puedes viajar con la mochila en solitario, no puedes beber en un pub porque después pasa lo que pasa… Auténtica basura. Nosotras, no tenemos la culpa de nada. Cuidado, cuidado, cuidado… ¿El problema no será que naturalizamos el acoso, el vivir con temor a todo y ser juzgadas las 24 horas del día? Pues bien, tampoco pretendemos usar la comunidad couchsurfing para buscar sexo.

Cualquiera puede abrir un perfil en couchsurfing, hay gente amable y simpática y otros que de mente abierta tienen muy poco. Es cuestión de suerte (tenemos que conformarnos con esto). Hay que hablar de todos los aspectos del viaje, tanto lo positivo como lo negativo. Normalmente la gente únicamente habla de sus maravillosas vacaciones y que la comunidad couchsurfing es magnífica.

Ojo, el machismo no ha ignorado esta web y en muchas ocasiones he recibido proposiciones sexuales cuando yo solo buscaba un sofá o estaba dispuesta a prestar el mío. He escuchado algunos testimonios similares de otras mujeres viajeras, incluso en la ciudad gallega de Vigo para que no pensemos que solo ocurre en Europa del Este. Una amiga recibió en casa a una chica irlandesa, después de que se fuese de un piso donde su host (gallego) impuso que debían dormir en la misma cama (información que ocultó).

Los hijos sanos del patriarcados, no entienden de fronteras o nacionalidades. Couchsurfing no nació para buscar sexo, existen otras webs con esa finalidad. Y por supuesto, la culpa no es de una viajera que se mete en la casa de un desconocido. El que acosa, viola o intimida es el único culpable. Pocas han dejado constancia por escrito del acoso que sufrieron (o algo peor), haciendo que sus experiencias sean ignoradas e invisibilizadas. No son estúpidas, saben perfectamente que ellas serán señaladas como las culpables. Solo hay que leer una noticia del periódico sobre una violación, acoso sexual en el trabajo, un femicidio, la desaparición de una joven… ¿Qué imagen se da de la mujer?

Sospecha si las referencias son únicamente escritas por mujeres. Alguien que solo acepta mujeres, ya es raro. Escribe con sinceridad, evita que otra mujer soporte a un asqueroso machista. Si no lo haces, no eres la culpable de nada, porque sabes cómo funcionan las cosas: para la mayoría tú eres la que iba buscando guerra. Pero para acabar con toda esta injusticia, necesitamos tejer redes entre nosotras. No te cortes, ponte ante el teclado y suelta un par de verdades. Detrás de ti, seguro que una mujer queda agradecida. No permitas que un host machista, gane la partida.

Todo hay que decirlo, cuando busqué host en Milano (igual que en Atenas u otras ciudades) algunos dejaban claras sus intenciones: si vienes vamos a compartir cama (he puesto la versión menos soez). Mal hecho porque couchsurfing no es para eso, pero al menos fueron sinceros. Cuando no dicen su propósito y juegan a ver si cuela y cae alguna, la única opción que te queda es largarte de su casa y buscar cualquier alternativa. Un dato importante, para la gente que se esté echando las manos a la cabeza, la mayoría de las violaciones ocurren en el círculo cercano a la víctima y no entre desconocidos. Tenemos derecho a viajar y vivir tranquilas, sin dar explicaciones a cada paso que damos.

6 Comments on “Machismo en couchsurfing: quiero viajar, no sexo”

  1. Es lamentable que ya ni por el hecho de hacer una actividad que apasiona, cómo viajar, no quede exento el hecho de que ciertas personas se crean con derecho a probar picar piedra…. en fin, una lástima…. muy buen post!!!

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    • En primer lugar, muchas gracias por tu comentario. Exacto, muchos hombres en couchsurfing, cumpliendo con lo heteronormativo, creen que como juegan en casa (nunca mejor dicho) ya somos suyas. Las mujeres viajeras usamos esta comunidad para conocer mundo, poder hablar con gente local e intercambiar experiencias.

      No se trata de entrar en cuestiones moral, cada persona puede (y debe) disfrutar su vida sexual a su manera y bajo su criterio, pero jamás usando la coacción o la sumisión. No ´´pedimos guerra´´, exigimos respeto y no es no (aquí y en el lugar que sea).

      Ojalá este artículo, no fuese necesario.

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    • Concuerdo completamente. Muchos hombres piensan que se encuentran en su territorio, que han logrado una web donde encontrar presas es sencillo. Y nosotras, tenemos que investigar minuciosamente la vida del host y cruzar los dedos para que sea una persona decente. Y en couchsurfing hay menos mujeres, por los motivos obvios.

      Duele tener que jugar a los detectives y probar suerte, en lugar de sentirnos seguras y disfrutar plenamente nuestro viaje. Tú ya lo has dicho claramente, si solo acepta mujeres, hay que desconfiar porque el acoso en couchsurfing (igual que en otros muchos ámbitos) es una realidad. Si no tenemos la fortuna de nuestra parte y elegimos mal el host, ya sabemos qué dirá el titular del periódico.

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  2. Eso es muy triste. En Brasil hay grupos de mujeres que se reúnen en facebook y whatsapp para practicar couchsurfing solo entre ellas. ¿Hay algo parecido en España?

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    • Hola Thaís,

      Sí, da mucha pena ver el uso que algunos hombres dan a una comunidad tan positiva como es couchsufing. Y cansa que una mujer tenga que pensárselo 1.000 veces antes de aceptar un host, estar alerta en su casa y esperar que no pase nada «extraño».

      Para luchar contra el machismo en couchsufing, no tenemos más opción que unirnos entre nosotras. Sé que hay comunidades en Facebook donde solo se admiten mujeres, con el objetivo de ofrecer un hueco en la casa de otra viajera. Me consta que la mayoría lo hace con buena intencion y se busca el intercambio cultural, pero siempre habrá la persona que quiera viajar aprovechándose del dinero de los demás. Sin embargo, quedémonos con lo bueno.

      Además, en la web de couchsufing se pueden crear grupos y en algunas ciudades hay una comunidad de solo mujeres. En la medida de lo posible, yo sigo ofreciendo mi sofá y últimamente solo han pasado por casa mujeres que viajaban solas.

      Quiero aportar y revolver el favor, porque couchsufing me ha permitido viajar mucho y tener grandes experiencias. Sin olvidar las machistadas que he tenido que ver.

      Si alguna mujer viaja a Bucarest, puede contactar conmigo y siempre habrá un sofá, una taza de café y una sonrisa esperando por esa persona.

      Un abrazo,
      Laura

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