Feminismo de Hungría. Feministas de ahora y de antes

Antes de viajar a Budapest, no sabía nada de Hungría. Un viejo imperio que solo vive en los libros. Con la poca información que tenía, menos idea iba a tener de las mujeres.
Historia de las mujeres húngaras
En los libros normalmente se habla entre poco y nada de las mujeres que impulsaron cambios. Desde niñas estudiamos temarios que nos hacen pensar que las mujeres no fueron parte del relato, natualizamos tanto la ausencia de referentes femeninos que ni siquiera nos preguntamos dónde estábamos nosotras.
Lo mismo ocurre cuando hablamos de Hungría. El arquitecto Erno Rubik revolucionó el mundo con su cubo, pero nadie parece recordar a Rosika Schwimmer que luchó por abrir las puertas de las aulas también a las mujeres.
He hecho los deberes e intentaré rescatar del olvido las historias de mujeres húngaras (o austrohúngaras) que probablemente todavía no conozcas. Una pequeña investigación por google y consulta en varios libros feministas.
Antes de la Primera Guerra Mundial
Hungría todavía es un país profundamente religioso, que se traduce en la división conservadora de los roles de género: mujeres en la cocina y hombres en oficinas. No solo el catolicismo tiene gran poder, también los luteranos y calvinistas. Menuda novedad que la religión se ponga nerviosa cuando intentamos, las mujeres, gozar de un mínimo de autonomía, ¿no?
Madres y observadoras
Entre ese mejunje de tradición y obediencia, empezaron a sonar algunas voces. En 1790, Péter Bárány propuso ante la Reunión Nacional de Nobles Húngaros (lo que hoy sería el Parlamento, salvando las distancias y para entendernos) la participación de las mujeres como observadoras. Sus argumentos se basaron en el aprendizaje de nuevas capacidades que serían transmitidas a las nuevas generaciones, las madres de la nobleza podrían educar a sus hijos en valores como el patriotismo. Por supuesto, la propuesta de Péter fue ignorada.

En Reino Unido, la multifacética Mary Wollstonecraft (1759-1797) reclamaba la independencia de las mujeres y el derecho a la educación. En sus escritos simplemente traslada las vivencias personales y lo que observa en el resto de las mujeres, por ejemplo el maltrato sistemático o el control por parte de padres o maridos. Virginia Woolf (1882-1941), al igual que otras entre las que me incluyo, celebramos sus experimentos de vida.
Voces feministas
Mary calentó los motores de la Primera Ola de los feminismos y otras muchas mujeres, la mayoría anónimas, alzaron sus voces. Siempre intento recalcar que hay un mundo más allá del norte global. La ya mencionada Rosika Schwimmer (1877-1948) fundó la Asociación Húngara de Mujeres Trabajadoras en 1897 y la Organización Feminista Húngara en 1904. Dos años antes publicó un artículo defendiendo el derecho a la educación para las mujeres en Hungría, por aquel entonces Imperio Austrohúngaro.
Nominada al Premio Nobel de la Paz en varias ocasiones, primera mujer que llegó a ser embajadora y exiliada los últimos años de vida. Rosika merece más de un artículo para ella sola.
La clase media en Hungría
Situémonos en la época, el auge de la industria y las ideas liberales. Nace la clase media, trabajadores que pelean por las ocho horas de jornada laboral y los derechos más básicos para el proletariado empleado en las fábricas. Hace unos días repasando los podcast de Sangre Fucsia, fui a hacer la compra escuchando Recomendaciones feministas para seriéfilas. Hablaron de Downton Abbey, serie que me encantó desde el primer capítulo aunque tenga mucho que criticar: el machaque de Anna, las constantes luchas de perras entre Mary y Edith, la dulcificación de la servidumbre cuando no tenían derechos laborales, el personaje malvado de O’Brien (mujer tenías que ser), la capacidad de olvido de Tom cuando toca el dinero…
Lo que más me gusta de la serie es que las mujeres no necesitan ser perfectas. Mary es egoísta, luchadora, terca, honesta, buena… Vaya, si al final va a resultar que es humana. Y lo mismo para las demás.
Mi opinión sobre Downton Abbey
El viejo mundo frente al nuevo, el sufragismo y las mujeres socialistas, tradiciones milenarias que empiezan a cambiar, aristócratas que pierden su fortuna por no invertir… Maggie Smith (1934) interpreta a Violet, la condesa viuda que se niega a aceptar la llegada de un nuevo tiempo.
Parece lógico pensar que en los feminismos también hubo mucho trabajo de revisión para incluir las demandas de las mujeres trabajadoras, no solo las que cogieron la pluma como mi querida Virgina Woolf. Podría hablar de Emma Goldman, entre otros nombres, pero volvamos al Imperio Austrohúngaro (pronto, Hungría).
¿Húngaras en las aulas?
En Austria, recalco que continúa siendo el Imperio Austro-húngaro, había unas escuelas dedicadas a las mujeres y personas con bajos recursos. Podemos imaginar qué clase de temario estudiaban. La primera volksschule fue inaugurada en 1786. Casi un siglo después, se funda la Asociación vienesa de empleo femenino (1866) ante la evidencia de que 6.5 millones de mujeres mayores de 10 años están trabajando. Mientras las ideas liberales avanzan después de las revoluciones de 1848.
Blanka Téléki (1806-1862) es una prionera en la defensa del acceso a la educación para las mujeres. Interés que nace a raíz de un viaje a Pest (la capital todavía no se había unificado) e inaugura la primera escuela en 1846 que solo estaría abierta un par de años, después del cierre Blanka se exilió en Francia. Marianne Hainisch (1839-1936) reclamó en Viena que las escuelas realmente desarrollasen las capacidades personales y profesionales de las alumnas, y que pudiesen presentarse al examen de acceso a la universidad o estudios superiores igual que los varones.
Educación para todas las mujeres
Otro tipo de escuela es posible y se inaugura el Lyzeum en 1886 donde las mujeres estudiarán matemáticas y física. A partir de 1902, las antiguas alumnas podían ser profesoras en la institución si superaban un examen llamado matura. Aparecerán distintas organizaciones con el objetivo de abrir las escuelas tradicionales a ambos géneros, sin diferencias de temario si se trata de un hombre o una mujer. Finalmente, en 1897 las mujeres pueden estudiar en las facultades de humanidades pero tendrán que pasar años para llegar a los laboratorios de química.
¿Quién estudiaba en España?
María Elena Maseras Ribera fue la primera mujer española matriculada en la universidad en la Barcelona de 1872. Otras mujeres habían llegada a las aulas, pero se vistieron con ropa de hombre (al estilo de las gallegas Marcela e Elisa, sé que el español de la película puede despistar). Elena no lo tuvo fácil, se enfretó a todos hasta el punto de estar sentada frente a todos durante las clases pero logró su título.
¿Quién estudiaba en España?
Manifiesto por la educación de las mujeres en Hungría
Sándorné Striker (1882-1959) publica en 1905 un artículo a favor del acceso de las mujeres a la educación. Derecho incuestionable ya que defiende que la mujer es un sujeto activo, como no podría ser de otro modo. Propone un nuevo modelo educativo, donde se proporcionen herramientas para la emancipación personal y profesional. Las mujeres de las clases medias son dependientes económicamente de sus maridos, quien paga manda, y esa será la primera cadena que Striker quiere quebrar.
Esta mujer también se metería en la Conferencia de Paz de Estocolmo (1917) y emigró a varias ciudades europeas hasta que al final cruzó el charco y se instaló en Estados Unidos.

La húngara Szidónia Wilhelm y las austríacas Auguste Fickert (1855-1910) o Rosa Mayreder (1858-1938) apoyaban la educación sexual en las escuelas, un auténtico escándolo hablar de esto a principios del siglo XX, y la reforma del sistema educativo mediante nuevas leyes. No bastaba con adquirir conocimientos técnicos, necesitaban garantías de poder aplicar la teoría en la práctica. Nunca se trató de una competición entre mujeres y hombres, a algunos todavía les cuesta reconocer la lucha por la equidad real.
Grete Meisel-Hess (1879-1922) también pertenece a esta nueva generación de mujeres que quieren luchar por la elección personal, el talento y la total independencia para que una mujer haga con su vida lo que le plazca. Iban camino a la Segunda Ola y se empezan a ver argumentaciones feministas que tenían que ver con el desarrollo de una personalidad propia, las múltiples feminidades o el rechazo al dogma liberal.
Derecho al voto para las mujeres húngaras
Las mujeres seguían siendo tuteladas por los hombres. Algunas feministas veían como prioridad el acceso a la educación y después el voto, pero otras no veían sentido a esa jerarquización. Después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), mujeres de todo el mundo se organizan para luchar por el sufragio femenino siguiendo el ejemplo de Nueva Zelanda en 1893.
En Hungría logran votar en 1921 y 1924 aquellas mujeres mayores de 30 años con cierto nivel educativo y económico, nada de sufragio universal. Durante la desastrosa Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que prácticamente destruyó Hungría y liquidó a gran parte de su población judía y a otros muchos inocentes, los derechos de las mujeres desaparecieron de la agenda política. Evidente si los que gobiernan son hombres.
Sexualidad y matrimonio
Resulta evidente la invisibilización de la no heterosexualidad en Hungría o el estigma del matrimonio, todavía hoy quieren que pensemos que para ser exitosas necesitamos el pack: pareja e hijo. Szikra escribió en 1910 sobre la dependencia económica de las mujeres casadas, lo de siempre, subordinación al patrón.
Y en la era comunista no cambió mucho la cosa, las mujeres soportan una doble jornada laboral fuera y dentro de casa por menores recompensas. No solo hablo de dinero, sino de reconocimiento público. Recomiendo leer los artículos de la estadounidense Selma James (1930), fundadora de la Campaña Internacional de Salario por Trabajo Doméstico en 1972.

Siguiendo la línea de Szikra, Gyulané Huzella evidencia la equidad económica como la primera meta. Utiliza una metáfora que pienso utilizar a partir de ahora, compara a la mujer como un instrumento con un único acorde. El machismo nos limita a simples objetos sexuales o eróticos, pretenden que nuestros cuerpos no nos pertenezcan y existan para uso y disfrute de los hombres. En muchas ocasiones, por desgracia, el matrimonio no es más que un tipo de prostitución. Las feministas húngaras lucharán para que sea una libre elección, nunca un imperativo.
Actualidad en Hungría
La época soviética no significó la verdadera equidad entre géneros. Por ley todos los trabajadores tenían los mismos derechos, pero la cuestión de las mujeres quedó olvidada por el camino. Alexandra Kollontai (1872-1952), Clara Zetkin (1857-1933) y la propia Rosa Luxemburg (1871-1919) fueron marxistas que criticaron duramente las políticas que excluían los derechos de las mujeres. Y en la URSS, el cuento siguió igual. Puedes leer mi artículo sobre Budapest y las mujeres en la Revolución de 1956.

En la década de los ochenta, Judit Acsady era una simple estudiante de Sociología. Un día fue a la biblioteca y no encontró ningún libro sobre la historia de las mujeres, ¿es que durate siglos no habían hecho nada? No se da por vencida y organiza un grupo de estudio con otras feministas que funcionó hasta la década de los noventa. Una de sus ideas era abrir un café-bar alternativo con una sección de libros feministas, como había en Berlín, pero al final solo quedó en un sueño. En 1988 comienza la actividad del grupo Autonomía, nombre que hace referencia a sus ansias de libertad, que se define claramente como feminista y no estudios de la historia de la mujer o algo similar.
En una de sus protestas, decidieron quemar las tarjetas de identificación. Una forma de protesta que habían visto en la película Hair. Amigas, eran los ochenta.
Autonomía, grupo feminista de Budapest

Cine feminista
Hay mujeres que se comportan como feministas, pero erre que erre que no son tal cosa. El caso de Márta Mészáros (1931), una directora de cine que se atravió a contar la historia de Kata, soltera de 43 años y trabajadora en una fábrica, que quiere ser madre. Adopción (1975) recibió varios premios internacionales.
En 1984, Márta presenta Diary for my children. La joven Juli vuelve a su pueblo de Hungría después de estar fuera mucho tiempo, para mí es autobiográfico ya que la directora estuvo exiliada. Ha producido otras películas, pero todavía no las he visto.
Saltamos al 2017, Bernadett Tuza-Ritter (1981) dirige el documental A women captured, la historia de una mujer que no puede salir a la calle. Durante diez años es una esclava. Prepara tus tripas.
Racismo y emigración
No podía terminar este artículo sin hablar de los campos de refugiados o la emigración en Hungría. Un país hermético y con un gobierno que quiere cerrar la puerta, sin importar que esa persona simplemente busca un futuro mejor. Helke Sander (1937) es una feminista alemana que dirigió War and Sexual Violence (1992), un documental sobre los campos de refugiados en Austria y Hungría en la época de las guerras en la Antigua Yugoslavia.
Esta semana he buscado muchas entrevistas sobre el gobierno húngaro y sus políticas sobre emigración. Escuché varios podcast de la BBC, Maria Marganoris habló sobre los procesos migratorios en Hungría y entrevistó a varias personas para conocer su opinión. La verdad es que como gallega que soy, de familia emigrante y yo misma emigrada a Rumanía, me da mucha pena escuchar comentarios del tipo vienen a robarnos el trabajo o solo quieren dinero.
Si alguien piensa que las personas que dejan su país llegan al tuyo con malas intenciones, aquí van mis recomendaciones (además de viajar):
- Konnyu leckek (2018) es una película que pone voz a Kafia, una chica de 17 años originaria de Somalia y refugiada en Hungría.
- The Citizen (2016) donde podrás ver el infinito proceso de un hombre nigeriano que intenta tramitar la nacionalidad húngara (link para ver online).
Aborto en Hungría
El aborto es legal en Hungría desde 1953, sin embargo conservar el derecho a interrumpir el embarazo de forma segura y gratuita continúa siendo una prioridad en la agenda. Los artículos de la Constitución fueron modificados en 1956, 1973 y 1992.
El aborto puede realizarse hasta la 12ª semana de embarazo si: a) pone en peligro la salud de la madre b) es probable que el feto tenga un discapacidad grave u otro impedimento c) el embarazo es el resultado de un delito o d) en caso de que la mujer embarazada se encuentre en una «situación de crisis grave». La ley define una situación de crisis grave como «lo que causa un shock físico o psicológico o deterioro social»
No es aborto libre y se necesita el informa favorable de un médico, al final es un tercero quien decide sobre el cuerpo de las mujeres
Las feministas húngaras, igual que en Polonia, salieron a la calle para exigir que no recortasen su libertad de elección en 2012 cuando el gobierno aprobó una ley que reconoce el derecho a la vida a cualquier ser humano e incluye al feto. Para empezar se puede realizar un aborto en las primeras doce semanas, que le pregunten a cualquier ginecóloga, pero no es ni feto. Cierro el debate.

En 2011, una campaña estatal apoyada por los partidos católicos en contra del aborto. También pretendían complicar la adquisión de la píldora del día después, en la farmacia no la entregan sin prescripción médica (suerte si tienes un accidente el fin de semana o durante las vacaciones de tu ginecóloga) o la pildora abortiva (es legal comprar misoprostol). Las mujeres no pararon de protestar y finalmente, aunque el artículo de 2012 que ya he mencionado sobre el concepto vida parece que podría significar la ilegalización del aborto, todo sigue como en 1992.

Todos los artículos que he leído sobre el tema, recalcan el duro proceso de duelo al que es sometido la mujer que decide abortar. Interrogatorios que parecen propios de la policía y no del personal sanitario, infantilizando a la mujer como si no fuese capaz de tomar sus propias decisiones. Sara Vitrai en su investigación Abortion debate in Hungary, combining a biopolitical and a feminist approach calculó de media 29.710 florines (100 euros) por un aborto en 2011. Hay descuentos según situaciones, pero igual que la píldora del día después o el misoprostol, no todas las mujeres pueden afrontar el pago.
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