Parque Nacional Cozia y Monasterio Turnu. Viajando por Rumanía

Rutas de senderismo por los Cárpatos rumanos, visitar dos monasterios y tomar fotografías en la orilla del río Olt. Rodearse de locales y disfrutar de la naturaleza a pocos kilómetros de casa.

Como bien sabéis, estoy viviendo en Craiova. En uno de mis fines de semanas libres, un amigo turco me convenció para que fuese a Drăgășani. Participa en un proyecto europeo sobre medioambiente y actividades no formales con los niños de la comunidad. Resulta curioso que en un sitio tan pequeño como Drăgășani, estén viviendo jóvenes de Turquía, Georgia, Ucrania Jordania o Gambia. A mí me parece la oportunidad perfecta para conocer a gente local, practicar rumano y conectar con el país algo que a veces en una ciudad resulta complicado.

¿Cómo llegar a Drăgășani desde Craiova?

Burak es uno de mis nuevos amigos de Turquía. Casi no habla inglés, pero se esfuerza por expresarse sin palabras y ha mejorado mucho en los últimos meses. Esta pareja es de Timisoara

Existen varias formas de llegar a Drăgășani desde Craiova. Lo más rápido es comprar un billete de autobús, pero miré tarde las conexiones y decidí ir y volver en tren. Una hora y media en el vagón, 15 lei (3 euros).

El plan para aquel fin de semana fue ir al festival de música que organizaban en Drăgășani, como si se tratase de una fiesta gallega. Escenarios con orquestas y cantantes locales, comida recién hecha y atracciones como coches de choque. En Rumanía jamás pasamos hambre, cualquier ocasión es buena para llenar el estómago y normalmente implica carne.


Levantar el pulgar en Rumanía

El domingo quisimos ir a Valcea, parada obligatoria para llegar al Parque Nacional Cozia y sus monasterios. Caminamos hacia las afueras de Drăgășani y levantamos el pulgar, las conexiones de autobuses no son buenas en los pueblos pequeños y éramos dos personas. No era la primera vez que lo hacía, pero sí en Rumanía. Nunca he probado sola, me genera preocupación pensar que tal vez la persona que me ayude sea un machista que piense que los cuerpos de las mujeres están a su disposición. No quiero arriesgarme, sé en qué clase de mundo vivo. Además, si me pasa algo ya sabemos qué titulares publicarían al día siguiente.

Monasterio Turnu

Dos jóvenes, un chico y una chica, menores de treinta años a las afueras de un pueblo rumano. Paró el segundo coche, con mi básico rumano expliqué que queríamos ir a Valcea y nos llevaron sin ningún problema. Se trataba de una familia con un niño de aproximadamente ocho años, no podíamos comunicarnos en ningún idioma pero fueron muy amables con nosotros. Escuchamos música, intercambiamos las típicas frases y dijimos nuestros nombres. Nos dejaron en el sitio que les dijimos.


Autobús de Valcea a Cozia

Se estaba haciendo tarde para llegar al Parque Nacional y decidimos usar el autobús. Hacer dedo no solo implica no gastar dinero, resulta la opornidad perfecta para hablar con locales e intentar conocer realmente el país que, en mi caso, me ha dado un trabajo. Seguramente hubiese sido fácil y rápido conseguir otro coche, pero fuimos en un autobús que costó 7 lei (1,48 euros).

Río Olt

Monasterio de Cozia

El monasterio de Cozia (siglo XIV) cuenta con el único claustro de estilo bizantino de Rumanía. Los frescos se han conservado y se pueden ver escenas de Mircea I de Valaquia (1355-1418), antiguo rey de la región, junto a su hijo.

Horario: 8 – 21h

Entrada gratuita

Información útil
Monasterio de Cozia

El monumento ha sufrido varias reformas: la galería, una nueva fuente, capillas orientadas hacia el río Olt y la torre del reloj. Se pueden ver influencias de la arquitectura serbia, aunque este monasterio es un símbolo de Rumanía y uno de los más visitados tanto por motivos religiosos como turísticos.

El matrimonio Causcescu solía meter las narices en todo. En 1986, aunque el dictador solo visitó el monasterio en una ocasión, instalaron unas vidrieras con su imagen y la de Elena. No desaparecieron hasta después de la Revolución de 1989

Datos curiosos sobre el Monasterio de Cozia

Monasterio de Turnu

Los religiosos del Monasterio de Cozia necesitaban tranquilidad, en el siglo XVI construyeron el Monasterio de Turnu en la otra orilla del río Olt. Un lugar estratégico que unía varias ciudades de la región, pero lo suficientemente apartado como para disfrutar de la naturaleza y utilizar las jornadas para la oración. Vivían como hermitáneos, no tenían contacto con el exterior y no requerían de lujos.

Monasterio de Turnu

Todo cambió con la llegada del tren. La tranquilidad se tranformó en el ruido de los turistas, las peregrinaciones masivas y los puestos de comida o recuerdos de los locales que intentan sobrevivir. Entrada gratuita y abierto de 8 a 21h.


Parque Nacional Cozia

No todos los días se puede hacer una ruta de sederismo por la parte sur de los Cárpatos rumanos. Los senderos están adaptados a todos los públicos, sin embargo el bosque es tan denso que cuando estás caminando no percibes el desnivel. El pico más alto es 1.600m y se declaró parque nacional en el año 2000. Se conserva la flora autóctona, repetemos la naturaleza cuando caminamos por ella.

Parque Nacional Cozia

Rutas

Estación de tren Turnu – Curmatura la Troita – Scortaru – Muchia Turneanu – Cozia Chalet (5h-5 ½ h, zona de nieve)

Estación de tren Lotru – Varateca – Muchia Urzicii – Stana din Rotunda – Cozia Peak (4-5h)

Monasterio de Stanisoara – Muchia Vladesei – Durduc – Cozia Peak (4-5h)

Lotrisorului’s Mouth – Lotrisorului’s Valley – Tarsus Meadow (2-3 h, posiblemente el sendero más sencillo)

The Roman Arutela Castrum – La Troita – Monasterio de Stanisoara (2-3 h)


Otro rumano en España

Tocaba volver a casa. Levantamos el pulgar en el aparcamiento del Monasterio de Cozia, nadie quería parar y estábamos a cuarenta grados. Parecía una misión imposible, un lugar demasiado turístico y coches con toda la familia y ningún asiento para nosotros. Esperamos por el autobús y volvimos a Valcea, allí caminamos hasta las afueras de la ciudad en dirección a Drăgășani.

Nos pusimos en la salida de una gasolinera, era fácil parar y recogernos. Algunos coches pitaron y gritaron cosas en rumano que ninguno de nosotros comprendió, no le dimos importancia y seguimos esperando. Cuando llevábamos esperando cerca de quince minutos, paró el primer coche. Un chico joven nos preguntó a qué sitio queríamos ir, tuvimos la mala suerte de que fuese en otra dirección. Un rato más tarde, teníamos una furgoneta delante. El conductor nos había visto mientras echaba gasolina y dijo que nos ayudaría.

Monasterio de Cozia

No hablaba inglés, nos comunicamos con el básico rumano que manejo y muchas sonrisas. Resultó que hablaba un poco de español, emigró a Valencia para mandarle dinero a su familia en Rumanía. Trabajó como camionero y conductor de autobuses turísticos, había hecho más kilómetros por España que yo en toda una vida. No conocía bien el idioma porque era un trabajo solitario, muchas horas frente a la carretera y en las estaciones de servicio se encontraba con compatriotas.

Cuando supo que estaba ayudando a una gallega, fue todavía más amable. Me contó que en España había trabajado con varios gallegos y le quedó un buen recuerdo de nosotros, gente humilde y trabajadora. Cualquiera de las historias de emigración que escucho en Rumanía me hace volver a casa. Crecí escuchando a mi abuela hablar de todos los sacrificios que había hecho para levantar la casa, años sin ver a sus hijos y dobles jornadas en hoteles londinenses. Los hermanos de mi abuelo que escaparon de la miseria de la dictadura e hicieron su vida en Argentina. Y la nueva generación, los licenciados que trabajamos fuera y llevamos la morriña en la genética. Al final, un rumano y un gallego viene siendo lo mismo.

Monasterio de Turnu

Bajamos de la furgoneta muy cerca de la casa de mi amigo, el conductor insistió en dejarnos en el centro aunque se tuviese que desviar. Le di la mano y dije gracias en rumano con una sonrisa de oreja a oreja. Me entristece pensar que en Rumanía a mí siempre me han tratado bien, todos esperan con ilusión la respuesta a la pregunta, ¿qué estás haciendo en mi país? o se ríen cuando intento hablar la lengua. Me ven como una chica joven, con estudios universitarios y europea (que sí, que Rumanía es Europa). Por experiencia propia, sé que en España no siempre los rumanos reciben el mismo trato.

Mis padres viven en un pequeño pueblo de Pontevedra y nuestros vecinos son originarios de Marruecos, Latinoamérica, Turquía y Rumanía. Los niños aprenden el idioma en el colegio, aunque normalmente se ven obligados a repetir varios cursos y resulta imposible integrar a un chaval de diez años en medio de los de siete, pero sus padres no tienen esa posibilidad. Si no puedes hablar, no eres nadie. Cuando emigras dejas de ser tú y pasas a ser la emigrante con una nacionalidad según el color de piel.

Monasterio de Turnu

Trabajan en los peores puestos, cobran menos y no abren la boca para protestar. En mi barrio todos los miran como si fuesen gitanos (comentario sarcástico), extranjeros que se dedican a las mudanzas y conducen grandes furgonetas. Cuando mi madre habló con un vecino y le contó que su hija está trabajando en Rumanía, ofreció su ayuda y la de su familia si yo necesitaba algo. Aquí está la diferencia, quien emigra sabe qué significa escuchar esas palabras.


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2 Comments on “Parque Nacional Cozia y Monasterio Turnu. Viajando por Rumanía”

  1. Hola Laura, encontré tu blog en el inicio de la página de wordpress. Leí lo de que vivías en Rumanía y me llamó la atención.

    Uf, cuanto contenido, y cuanto continente visitado. Cada vez que visito el blog de un viajero tengo los sentimientos encontrados, me gustan, pero también me paro a pensar y digo, ¿y yo qué hago mientras tanto? Pero bueno eso es cosa mía. Muy buena toda la info, no sólo de Rumanía, sino de otros viajes que he visto que has hecho, los tips y demás, y las fotos muy chulas.

    Tu template es el mismo que tengo yo, se me ha hecho familiar navegar por tu blog. 🙂

    Un saludo!

    David

    Me gusta

    • Hola David,

      Muchas gracias por tus palabras, con mensajes así dan ganas de seguir escribiendo. No siempre tengo el tiempo necesario para ponerme frente al teclado, pretendo escribir contenido de calidad y basado en mis vivencias, pero hago lo que puedo. Trabajo en un proyecto europeo y llevo meses viviendo en Rumanía, no es mi primera vez en el país, sin embargo es ahora cuando lo estoy conociendo de verdad.

      Para viajar no hay secretos, solo ganas y tiempo. Las otras cosas son la parte fácil. De nuevo gracias, me voy a la cama con una sonrisa y motivación para seguir escribiendo.

      Un saludo,
      Laura

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