Cada uno de marzo, se celebra el Mărțișor en Rumanía. En rumano significa pequeño marzo y nos recuerda la llegada de la primavera, la época perfecta para viajar a Europa del Este. Y hoy te explico de dónde viene esta tradición y por qué las mujeres llevan amuletos blancos y rojos. Venga, que tanto en España como Rumanía se celebra la primavera, ¿te animas?
¿Qué encontrarás en este artículo?
Existen muchas teorías sobre el origen de la celebración del Mărțișor, pero todas ellas son interesantes y coinciden que el objetivo es anunciar el inicio de la primavera. Pongámonos manos a la obra, ¿cuál es el origen?
La actual Rumanía, junto a Moldavia y Serbia, formaron una provincia del Imperio Romano entre los siglos II y III d.C. ¿Te suenan las guerras dacias?
La famosa Dacia estaba delimitada por los Cárpatos y el Danubio. No es ninguna casualidad que el rumano se parezca al español o el italiano, cuando su origen es latino.
Pues la influencia romana, se ve en la actualidad. Siguiendo el calendario de la Antigua Roma, el 1 de marzo comenzaba el año nuevo homenajeando a Marte, guardián de la agricultura y Dios de la guerra.
En Europa, actualmente seguimos el calendario cristiano. Como simple y obvio recomendatorio.
Comentando evidencias.
Los colores que representaban esta celebración de la primavera eran el blanco y el rojo, justamente los mismos que las cuerdas del Mărțișor. Representan el equilibrio entre la paz y la guerra, el sol y la luna, el invierno y la primavera.
Marte cuidaba la paz del imperio y mantenía fértil la tierra. Por todo ello, parece ser que cada 1 de marzo en Rumanía se le agradece su labor.
Los escritores antiguos decían en los getas (tribus tracias que vivían a orillas del Danubio entre la actual Rumanía y Bulgaria) o los dacios, ya que los historiadores no se ponen de acuerdo, también celebraban el año nuevo el 1 de marzo.
Unían la llegada de la primavera con la veneración a uno de sus dioses. La tradición oral dice que le gustaba la música, fertilizaba la tierra y los colores que le simbolizan, de nuevo, son el rojo y el blanco.
Por ese trabajo minucioso, el Mărțișor sigue conmemorando su nombre en Rumanía.
Por último, toca hablar de los bizantinos. Durante la Edad Media, eslavos, búlgaros, alemanes, mongoles… pasaron por la actual Rumanía. Sin embargo, los bizantinos dejaron una importante huella: el cristianismo ortodoxo y el Mărțișor.
Se cree que el origen del Mărțișor tiene que ver con una leyenda de tiempos bizantinos.
La historia dice así. Después de la victoria en una batalla contra el Imperio Bizantino, el líder búlgaro Asparukh envió un mensaje a su hermana desde el Danubio. Utilizó el servicio de correos de aquel entonces, es decir, un águila.
Para asegurar el mensaje en la pata del animal, utilizó un cordel de color blanco. No obstante, su carta nunca llegó, fue interceptada por los bizantinos. Dispararon al águila y su sangre cubrió de rojo el lazo de blanco, naciendo el mito del Mărțișor.
En Rumanía hay otro gran día: el 1 de diciembre. En esta ocasión se conmemora la unión de los territorios que hoy forman este país. Eso sí, tras las guerras mundiales hubo cambios en el mapa.
La llegada de la primavera se celebra de una forma muy especial en Rumanía. Y es fácilmente reconocible, solo hace falta un Mărțișor.
El Mărțișor es un lazo de color rojo y blanco que se regala el 1 de marzo. Según la tradición, son los hombres quienes se lo regalan a las mujeres rumanas.
En la foto te muestro cómo es el lazo del Mărțișor, que verás en todas las tiendas, puestos callejeros y supermercados días previos a la fiesta nacional.
No te confundas, no tiene nada que ver con San Valentín o Dragobete (hijo de Baba Dochia, de la que hablaremos más tarde). Sí, los rumanos tienen su propia versión del día de los enamorados. El Mărțișor llama a la buena suerte y la salud para todo el año.
En Rumanía es común regalar flores durante todo el año. Una regla muy importante que debes recordar: ¡entrega siempre números impares!
Los ramos con dos, cuatro, ochenta… y cualquier número par, se dan a los difuntos.
En un comentario en 24 diferencias entre rumanos y españoles, una persona comentó este importante consejo. De nuevo, gracias por la aportación.
Se conmemora el final del invierno y la llegada de la primavera, todas las mujeres reciben flores (independientemente de si son pareja, hermanas, madres, amigas o compañeras de trabajo) para recordarnos el cambio de estación.
Y sí, yo también recibí mi amuleto en la oficina. Tendré que llevarlo en un lugar visible de mi abrigo para gozar de buena salud todo el año.
El Mărțișor y por ende la llegada de la primavera, no se celebra de la misma manera en las ciudades o pueblos de Rumanía. En las urbes se ha perdido parte del significado y, como otras muchas cosas, simplemente se compran y venden regalos.
Hasta hace poco, pero todavía se puede ver, en las zonas rurales se colgaba un Mărțișor en las puertas de las casas y los cobertizos para llamar por la abundancia.
En la región de Moldavia y Bucovina, los cordones del Mărțișor unen una moneda de oro o plata (a veces es una herradura de caballo o una flor), que las mujeres deben llevar los primeros días de marzo.
Con este sencillo gesto, consiguen una piel sana y de tez blanca. Mientras que en Muramures creen que basta con tocar a las puertas de los vecinos el 1 de marzo. A partir de la primavera, ¿serán mejores las cosechas y la salud de los rumanos?
Estas tradiciones está íntimamente ligadas con la leyenda de Baba Dochia que te narraré a continuación.
Se han contado muchas historias sobre la anciana Dochia, hija o hermana del rey de Dacia, y su relación con el Mărțișor de principios de marzo.
Empecemos con el primer mito de la famosa Baba Dochia. Resulta que en sus tiempos, lo de elegir marido no era una opción y la quisieron juntar con el emperador romana Trajan.
A ella no le gustó la idea y huyó en la primavera, se escondió en los Cárpatos para evitar la boda. Como no tenía escapatoria, pidió ayuda a los dioses y la convirtieron en piedra llamada Babele. En uno de los parques de Bucarest, se puede visitar un Babele.
El espíritu de Baba Dochia continúa controlando cuándo puede empezar la primavera rumana. La leyenda dice que Dochia tuvo un hijo que se casó con una mujer que ella detestaba y un día le dijo que fuese al bosque a por frutos silvestres.
Cuando la muchacha volvió con las bayas, Baba Dochia comprendió que había llegado la primavera, vistió sus 9 abrigos de lana y se fueron a la montaña.
Empezó a llover y los abrigos le pesaban, así que los fue dejando por el camino. Las temperaturas bajaron y no pudieron soportar el frío, Dochia y su familia murió congelada. Algunos relatos afirman que la señora enfadó al dios Faur (febrero) y le envió sus heladas.
Como consecuencia, su venganza es controlar la llegada de la primavera y marcar el resto del año en esos 9 primeros días de marzo.
Tranquilo, hemos llegado al último mito sobre Baba Dochia. Otra vez, tenemos que mencionar a su no querida nuera. Como no le caía bien, le mandaba los trabajos más duros o simplemente imposibles.
Se le ocurrió mandarla al río para lavar una lana negra, quería que volviese a casa cuando fuese blanca. Sabía que no iba a ser capaz y que su hijo vería que era una inútil. ¡Qué retorcida era la señora!
Lavaba y lavaba, pero no veía blanco por ninguna parte. Rompió a llorar y Jesús, le entregó una flor roja asegurando que la lana se volvería blanca. Volvió a casa con una sonrisa, pero Baba Dochia estaba muy enfadada.
Decidió ir al bosque para pasar el mosqueo, además ahora sabía que había flores y la primavera ya estaba ahí. Y la parte de los 9 abrigos de lana y el final de la excursión, ya la conoces.
El Mărțișor continúa siendo el recordatorio de aquel enfado de Baba Dochia. Espero que este año esté de mejor humor y nos regale una primavera sin mal tiempo.
Podría decirse que en España también se celebra una especie de Mărțișor, a nuestra manera por supuesto. La llegada de la primavera y todo lo que implica ha sido motivo de alegría durante siglos en muchos lugares del planeta.
Ahí van 4 fiestas de la primavera en España:
Sí, primero va mi tierra. Os maios se celebran desde la época prerromana para exaltar la naturaleza y el florecer de la primavera. Se construyen estructuras de madera cubiertas de flores, frutos y ramas inspiradas en árboles y se pone una cruz en la copa (en la actualidad, lo que quieras).
Os maios se celebran entre abril y mayo, coincidiendo con otras fiestas españolas. El ciclo de las fiestas termina el 24 de junio en San Xoán.
Además de la misa, los refranes y el maio que simboliza la vida y la salud, también se colocan retamas en puertas y ventanas. Sí, los gallegos tenemos nuestro Mărțișor.
En Córdoba no se conforman con una flor en el Mărțișor, ellos lo hacen a lo grande. A mediados de mayo, la ciudad se llena de turistas que fotografían los característicos patios cordobeses.
Los bares sirven tapas, hay actuaciones en directo y la cuidad celebra la llegada de la primavera con mucho color. ¿Te apuntas a la fiesta de este año?
Desde mediados de marzo y hasta el mes de mayo, se pueden ver florecer los increíbles cerezos del Valle de Jerte en Cáceres. Dicen las malas lenguas que es una de las zonas más bonitas de Extremadura.
Se conoció Bien de Interés Nacional y cada año recrean las costumbres de la comarca y organizan rutas de senderismo. Quizá me aventure demasiado, pero ¿será un Mărțișor extremeño?
Siete días después de la Semana Santa, los murcianos tienen otra cita importante desde 1899: las Fiesta de la primavera de Murcia.
El día más importante se conoce como el Bando de la Huerta y todo el mundo sale a la calle vistiendo el traje regional. Incluso tienen una Reina de la Huerta y su corte.
En Murcia no hay Mărțișor, pero si eres rumano y vives en allí, acércate al desfile Murcia en primavera para ver todas las flores de la comarca y pilla de merienda un pastel de carne.
En Rumanía y España la primavera se recibe de diferente manera, pero siempre es motivo de celebración y remueve muchas tradiciones. Este 1 de marzo, tendré que quedarme con el curioso Mărțișor de Rumanía.
Si has viajado a Rumanía en primavera y quieres dejar tu opinión, utiliza libremente el apartado de comentarios. Tal vez tienes pensado ir a una fiesta de primavera en España, ¿alguna de las que he nombrado?
Sea como sea, te deseo buena suerte y oye, lleva un Mărțișor en la blusa para estar segura de que no enfadarás a Baba Dochia.
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Sen Enderezo 
Hola. En la nota de que en Rumania siempre se regalan las flores se numero par es al revers. Impares para los vivos, pares para los muertos. Nunca se llevan pares a los vivos, dirán que es mal augurio.
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Hola,
Creo que te refieres al artículo en el que hablé sobre las diferencias entre España y Rumanía: https://senenderezo.com/2019/05/13/diferencias-rumanos-espanoles/
Por la fecha, 13 de mayo del 2019, se puede ver que fue uno de los primeros que escribí cuando llegué a Craiova (abril del 2019). Y, efectivamente, se me escapó esta errata sobre el número de flores que se entrega a los vivos y los fallecidos. Muchas gracias por comentarlo, así puedo corregirlo y evitar situaciones incómodas.
De hecho, cuando era una principiante en Rumanía, me gustaba mucho comprar coliba. Pensaba que era un pastel muy rico y siempre iba a la misma pastelería. Hasta que un día, la dependienta me dio el pésame. Ahí me di cuenta de que es un pastel que se sirve en los funerales. Cosas que pasan cuando emigras a un país del que no sabes nada.
De nuevo, gracias por tu aportación.
Un saludo,
Laura
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Gracias a ti por compartir estas cosas. Ayer estaba buscando un artículo para enseñar a mis amigas españolas qué son “babele”, porque ayer fueron, y compartí el tuyo. Así continué leyendo y me encantó. Te seguiré leyendo.
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