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¿Desde cuándo hay feminismo en Perú?
Que las peruanas puedan votar, ser elegidas en las elecciones o acceder a la educación superior es posible gracias al feminismo de el Perú. La historia del movimiento feminista de Latinoamérica nos lleva al siglo XIX y nombres tan conocidos como Flora Tristán. Sen Enderezo quiere contarte qué han logrado las feministas de Perú. ¿Te apuntas a este viaje violeta?
¿Por qué el feminismo peruano también es asunto de las clases altas?
El movimiento feminista de el Perú no solo nació con el Movimiento Obrero. Tampoco con los gritos de “El violador eres tú”. Para entender las peticiones de las actuales mujeres de Latinoamérica, debemos ir atrás en el tiempo y tocar uno de los pilares de los estudios de género: la educación.
Las niñas de Perú pueden estudiar desde la década de 1830. Las escuelas del siglo XIX estaban enfocadas a educar futuras madres y amantes esposas. Las profesoras eran religiosas que explicaban el trabajo reproductivo y de cuidados que debían desempeñar las mujeres adultas.
Mientras las peruanas aprenden a leer, escribir y ser rápidas en las tareas cotidianas del hogar, los varones son instruidos para ser productivos y ocupar los puestos de decisión. En otras palabras, un hombre es el cabeza de familia.
Sin embargo, entraría en escena un grupo de mujeres formadas que querían ver más allá de las paredes de la vivienda familiar.
Las ilustradas devoraron libros en casa. Querían dominar la biología, la historia y hasta las matemáticas. No les bastaba con la formación religiosa y las nociones básicas para ocuparse de una familia. Tenían otro tipo de aspiraciones. Más cercanas a la pluma que a los bailes en sociedad.
Flora Tristán (1803-1844) fue una escritora, feminista y socialista francesa. Supadre era peruano y nunca la reconoció como legítima hija. Para conocer sus raíces latinoamericanas, esta paria cogió la maleta y se fue a Perú de viaje.
El Álbum-Revista semanal para el bello sexo de 1874
A finales del siglo XIX, en Perú se estaba viviendo una revolución cultural. Numerosas mujeres periodistas y escritoras querían hacer públicos sus textos. Solo necesitaban un medio seguro para hacerlo. Así se fundó El Álbum en 1874, la revista que recogería las vivencias de las primeras ilustradas que se preocuparon por los problemas del mundo femenino.
La primera mujer que entró en la universidad y lo consiguió en 1874, el mismo año que comienza a lanzar sus tiradas la revista El Álbum. Laura Rodríguez Dulato inició la lista de mujeres cirujanas en 1900. Con la llegada del nuevo siglo, los tiempos tenían que cambiar.
Entre otras autoras relevantes para la historia feminista de Perú, debemos destacar a Juana Manuela Gorriti Zuviria (1818-1892). Abrió sus ojos por primera vez en Rosario de la Frontera, en la provincia de Salta (Argentina). Fue la penúltima de sus ocho hermanos, pero jamás volvió a quedarse atrás.
Juana Manuela Gorriti
Se considera que fue la primera novelista argentina, además de tener una vida del todo atípica para la época. Provenía de una familia de militares y otros cargos importantes. Siendo muy joven contrajo matrimonio en La Paz (Bolivia) con otro hombre dedicado a las armas, Manuel Isidoro Belzú. Tienen dos hijos y terminan separándose.
Es entonces cuando Gorriti se traslada a Perú, junto a sus dos criaturas, y se dedica al periodismo. La Revista de Lima contrató sus servicios al igual que otras publicaciones semanales. Al mismo tiempo, Juana Manuela organiza tertulias en su casa en las que reúne a mujeres que discutían sobre literatura. Pronto las conversaciones se centran en las claves para la emancipación de la mujer: el acceso a la educación y el trabajo asalariado.
Por supuesto, este grupo de mujeres fue el germen de la red que se continúa tejiendo hoy. Esas primeras voces buscaban protagonismo. Sabían escribir sus deseos sobre el papel, pero querían narrar también sus propias historias de vida. Y todo ello, alejándose de la imagen de “madre de la patria”. Las peruanas sabían que podían adoptar otros roles.
La Guerra del Pacífico (1879-1883) enfrentó a chilenos y peruanos. Una de las consecuencias fueron los 50 años de ocupación de ciudades como Tacna, en la frontera de Perú. Lejos de ser meras espectadoras, las tacqueñas defendieron cada centímetro de sus tierras.
Hablar de Tacna y la historia de las mujeres, obliga a repasar la vida de Carolina Freyre Arias (1844-1916). Con solo catorce años, la tacqueña ya demostró con sus primeros versos que su futuro estaría conectado con las letras. Estudió en el Colegio Nacional de Educandas de Tacna y fue profesora de matemáticas, aunque pronto se haría dramaturga y una de las pioneras en el periodismo latinoamericano.
Escribe para El Correo de Lima y La Patria, mientras desarrolla su vida entre Tacna, la capital peruana, Sucre y Buenos Aires.
Se une a Gorriti para crear la primera revista de el Perú dirigida por mujeres: El Álbum. Por si fuera poco, más tarde editan La Alborada.
En Lima conoce a un grupo de mujeres ilustradas preocupadas por la igualdad de oportunidades. Tiene trato con Teresa González de Fanning, autora del folleto La Educación femenina y otros artículos de El Comercio. Y charla con Mercedes Cabello y Clotilda Matto, a las que dedicaremos un apartado propio.
Clotilda Matto (1852-1909) y la primera imprenta feminista
En el Perú hubo cantidad de mujeres que vivían de la escritura. Clotilda Matto incluso dio otro paso más y ocupó el asiento de dirección de La Bolsa de Arequipa y El Perú Ilustrado de Lima. Siempre tuvo clara su vocación de periodista y escritora comprometida con sus compatriotas.
Y sus ideas transgresoras generan grandes incomodidades en los sectores más conservadores de Perú. Recibe burlas hasta de su acento serrano, porque jamás renunció a hablar como las personas de Cusco. Le llaman mula y otros adjetivos peyorativos. Pero empecemos por el principio, ¿por qué había tanta polémica en torno a Clorilda Matto?
Frecuentaba las reuniones del Ateneo de Perú y podía rodearse de las personalidades de la literatura y otros círculos culturales. Llegando a una conclusión: los grandes marginados de el Perú son las mujeres y los pueblos originarios. Y, siguiendo esta regla, la mujer indígena ocupa el último puesto en la escala social. Matto quiso actuar porque la retórica necesita de hechos.
Clotilda Matto
La Equitativa es la primera imprenta feminista. Clotilda Matto se ocupó de dirigirla y solo contrataba a mujeres. Del mismo modo, las publicaciones siempre estaban firmadas por nombres femeninos. Le parecía la mejor manera de visibilizar el potencial de la mitad de la población de su país que, durante mucho tiempo, solo podía aspirar al manejo de la cacerola.
En 1895, ante las enormes ampollas que levantó en el sector conservador, vio la quiebra de su imprenta. Al estar amenazada de muerte y excomulgada de la Iglesia Católica hasta en dos ocasiones, tiene que exiliarse en Buenos Aires. Allí no abandona sus don para escribir y triunfa como periodista y educadora, de hecho recibe un salario mayor que el peruano.
Mercedes Cabello y el no a los matrimonios concertados
Blanca Sol es la novela de Mercedes Cabello (1842-1909) que narra su absoluto rechazo hacia los matrimonios de conveniencia. Lo describe como el vicio de la sociedad de su momento y la cadena perpetua de las mujeres. La protagonista del libro proviene de una familia oligárquica que está pasando un bache económico, por lo que es obligada a casarse con un hombre mayor que ella.
Es una relación basada en el interés. Una muchacha joven enlazada a una billetera. Cansada de su infelicidad, comienza varios romances adúlteros y elige ejercer la prostitución antes que continuar con su matrimonio. No cabe duda de que escribir estas líneas en la época de Cabello era una auténtica revolución.
Mercedes Cabello
El escándalo fue mayúsculo. Los personajes estaban tan desarrollados que casi se les podía poner nombres propios. Cualquier peruana iba a pensar en un pariente, amigo de la familia o conocido que seguía ese comportamiento autoritario. Como recompensa, Mercedes Cabello fue invitada al Colegio de Mujeres donde pronunció un discurso a favor de la educación laica. Por supuesto, al bajar de la tribuna los ataques de la prensa retrógrada fueron feroces.
El final de la vida de Cabello es muy gris. Presa de la constante violencia psicológica que sufre a raíz de su activismo político, acaba ingresada en un hospital psiquiátrico de Lima. Allí fue diagnosticada de sífilis y falleció en un completo olvido.
Elvira García y García (1832-1951) dedicó 60 años a la defensa del acceso a la educación para las mujeres. Inauguró el Liceo Peruano en 1883 y allí pudieron estudiar varias generaciones. Creía en la importancia de las leyes para conseguir cambios en la realidad cotidiana. Además de ser feminista, también era católica.
¿Qué consiguieron las obreras y trabajadoras feministas en Perú?
La lucha feminista une a la izquierda y la derecha. Porque no importa el lugar de procedencia cuando se discrimina a una persona por el mero hecho de ser mujer. Las ilustradas exigían igualdad de oportunidades para alcanzar las cúpulas del poder. Y las operarias dirán que por el mismo trabajo se debe obtener el mismo salario. Ofrecen diferentes métodos, pero todas sus reivindicaciones forman parte de la misma meta.
En la ciudad de Lima en 1915, las mujeres de algunos barrios empezaron a organizarse en asambleas. La Unión de Mujeres de Corculla congregaba a empleadas domésticas que querían mejorar sus condiciones de vida.
En la asociación se ofrecían cursos para capacitarse y estudiar diferentes materias.
Debatían sobre sus derechos. Un gran porcentaje de ellas sufría doble discriminación, porque eran mujeres e indígenas.
Provenían de otras provincias y emigraron a la capital en busca de trabajo. Todos los meses enviaban remesas con dinero al pueblo, para que sus familias pudieran sobrevivir.
Perú era un país modernizado y con un sector industrial que dependía de la mano de obra femenina. El Movimiento Obrero llegaría acompañado de consignas a favor de la igualdad de género. La jornada laboral de 8 horas entró en vigor en Perú en 1919, gracias a la lucha sindical. Un claro ejemplo es Irene Salvador Grados (1873-1917) que marchó junto a sus compañeras en la huelga del Huacho.
Pertenecer a un sindicato le costó la vida. Durante las protestas, hubo 300 efectivos armados que se tradujo en la muerte de Irene Salvador, Manuela Chaflojo, Luz Díaz, Margarita Estupiñán, Isabel Rosadio, María Lucho, Luisa Pérez, Ruperta Pérez… los mártires de la lucha sindical de Perú.
En la década de 1930, las peruanas seguían sin tener los mismosderechos civiles que sus compatriotas hombres. Con independencia del color político, todos parecen olvidar lo esencial que es incluir a las mujeres en la agenda pública. Por supuesto, el movimiento feminista no iba a esperar de brazos cruzados.
Miguelina Acosta (1887-1933) fue una anarcosindicalista de Perú. Apoyaba la lucha obrera y el feminismo. Pudo estudiar en Francia, Suiza y Alemania. Se graduó en Derecho y presentó una tesis doctoral titulada«Reformas necesarias del código civil común peruano tendientes a hacer efectiva la igualdad civil y jurídica del hombre y la mujer».
María Jesús Alvarado: casi un siglo de lucha feminista
La madre de María Jesús Alvarado (1878-1971) está muy presente en su postura feminista. Fue ella la que le inculcó el hábito de la lectura y, más adelante, la admiración por el Positivismo y las corrientes de pensamiento modernas. Desde niña vio que el matrimonio podía convertirse en una jaula si no se basa en el amor. Por lo tanto, dedicó su existencia a la defensa del divorcio.
Compagina su trabajo en El Comercio y otros periódicos con sus cursos de pedagogía. Hasta que en 1911 llega una cita histórica: la conferencia que exigió los mismos derechos civiles y políticos para mujeres y hombres. Alvarado estuvo ahí y dejó constancia de que la educación era clave al igual que el rechazo a los matrimonio arreglados.
María Jesús Alvarado
Tal era su defensa por la ley del divorcio que llegó a comprar las uniones de conveniencia con la prostitución. Entendía que un matrimonio concertado era una relación desigual, en la que el marido controlaba la existencia de la mujer. María Jesús Alvarado abrió su propia escuela de tipografía para que las mujeres pudieran publicar sus textos. Las autoras eran las obreras de las fábricas peruanas. Esta bella iniciativa le costó tres meses de cárcel.
Alvarado y sus contemporáneas leyeron la obra de Dora Mayer (1868-1959), en la que se reivindicaba a los pueblos indígenas de Perú y el concepto de ciudadanía incluyendo a todos.
La primera asociación feminista de Perú se llama Evolución Femenina y nació en 1914.
Las mujeres de clase media se unieron para reivindicar el derecho al voto y el acceso a los cargos públicos.
¿Cuándo votaron las peruanas por primera vez?
Las mujeres de Perú pueden votar desde 1955. Gracias a feministas como Adela Montesinos (1910-1976), la primera voz femenina que habló en nombre de un partido político en 1931. Con solo 19 años publicaba artículos bajo el seudónimo de Alma Moreva y militaba en el Partido Comunista Peruano. Defendió el sufragio universal y metió un sobre en la urna en la década de 1950.
En estas primeras elecciones, quedó patente la alta tasa de analfebetismo que había en Perú. Siendo las mujeres las más afectadas por esta problemática. De hecho, en el 2019, el 8,1% de las peruanas no sabía escribir ni leer frente al 3% de los varones (datos del INE de Perú).
Las primeras senadoras de Perú ocuparon sus puestos en 1956, un año después de que las mujeres pudiesen votar.
Hubo que esperar hasta 1987 para ver a las dos primeras ministras del Estado.
En 2003 se construyó un aseo para mujeres en el Palacio del Gobierno.
Y las leyes contra los femicidios en el Perú se empezaron a legislar en el año 2009.
Esterilizaciones forzosas y la violencia contra las mujeres de la década de los 90
Quizá el peor episodio de la historia de las mujeres de Perú ocurrió durante la Dictadura de Fujimori (1990-2000). Obsesionado con la limpieza étnica en la que los pueblos originarios no tenían cabida en Perú, se organizaron esterilizaciones forzosas de las mujeres indígenas.
Con engaños y violencia, abrieron los vientres de las indígenas. Como si fueran animales sin conciencia, cientos de mujeres fueron esterilizadas. Algunas fallecían durante la intervención o a causa de las secuelas de esta terrible práctica.
Testimonios de las mujeres indígenas que fueron víctimas de las esterilizaciones forzosas.
Las que sobrevivían, sufrían violencia por parte de sus parejas porque no podían engendrar más hijos. Porque el objetivo no era otro que terminar con las futuras generaciones de quechuas, aymaras y otros pueblos originarios del Perú.
Una vez finalizado el terror, se acudió al Tribunal Constitucional. El debate sobre crímenes de lesa humanidad y genocidio sigue abierto. Y las feministas, de todos los puntos cardinales, debemos exigir justicia y reparación. Las esterilizaciones forzosas del Perú no pueden caer en el olvido.
El feminismo del Perú ha logrado ganar numerosas batallas. Entre 1973 y 1975 estuvieron prohibidos los concursos de belleza porque las feministas creían que denigraba a la mujer. Las modelos eran exhibidas como objetos y según cuerpos normativos. Y esta pequeña victoria es solo un ejemplo.
Acción para la Liberación de la Mujer Peruana se creó para luchar por la legalización del aborto en la década de 1980. La última ley relativa al aborto data del 2017 y se permite la interrupción del embarazo en caso de peligro de muerte de la gestante. Ya en 1924 se permitía el aborto terapéutico y a día de hoy continúa sin ser libre y gratuito. Lo que se traduce en 571 mujeres que han sido llevadas a juicio por abortar, entre 2010 y 2019, y 62 fueron condenadas sin prisión efectiva. Sus vecinas argentinas consiguieron su ley del aborto hace poco y sabemos que las peruanas seguirán alzando la voz.
Las feministas de los 80 quieren crear sus propios marcos de referencia. Dejar de mirarse en el espejo del hombre. Bajo esta filosofía se gestan estudios de género como el Movimiento Manuela Ramos o el Centro Flora Tristán de la ciudad de Lima.
Desde las universidades, se organiza el Segundo Encuentro de Feministas de América y Caribe en 1983, bajo el nombre de “Canto a la vida”.
Jamás se entendía el movimiento feminista peruano sin darle a las organizaciones de mujeres no heteronormativas el lugar que les corresponde. El Grupo de Autoconciencia Feminista Lesbiana de Perú nace en 1984. Hoy siguen reclamando su derecho a vivir en libertad, sin importar su orientación sexual o su identidad de género.
“Ni una menos” en 2016 dejó en evidencia que el Estado debe tener una agenda feminista. Puesto que los femicidios son la última expresión del patriarcado. La consecuencia más atroz de un sistema que funciona basado en las desigualdades entre seres humanos. Una fórmula que condena a las mujeres.
La sororidad es nuestra arma es mi eslogan preferido. Y se puso en práctica cuando Latinoamérica y medio mundo salió a la calle para cantar “El violador eres tú”. Múltiples nacionalidades y diversidad de historias unidas por un claro objetivo: la equidad.
Si ya las Islas Canarias son impresionantes y atraen turistas de todas las partes del mundo, El Hierro es todavía mejor. ¿Por qué? Por ser una isla ecologista, un punto histórico, un paraíso con playas…
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Soy socióloga, feminista e inmigrante en Rumanía. Trabajo de SEO Copywriter y vivo de la escritura y lo que posiciono en Google. Nací en un pueblo de Pontevedra (Galicia, España) en 1994 y durante un tiempo fui Belén de ANHQV, una millennial con más empleos que la Barbie. Pero a mí lo que me gustaba era contar historias protagonizadas por mujeres.
Gracias a mi profesora de Historia de 2° ESO, Pilar, apareció esta pregunta en mi cabeza: ¿dónde estaban y qué hacían las mujeres de esa época? Además, por suerte, mi abuela y mi madre siempre me han contado anécdotas familiares. Entonces, ¿por qué no juntar todo en una web feminista?
Eso hice. Y aquí sigo, ahora en Bucarest, aporreando el teclado de Sen Enderezo que funciona desde 2014.
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