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Piratas Anne Bonny, Mary Read y María Pita
Queremos hablarte de las mujeres pirata. Porque sí, seguro que sabes mucho sobre este estilo de vida. Una bandera negra con una calavera en el centro. Una bodega para guardar el botín. Una tripulación de hombres rudos. Sin embargo, en Sen Enderezo recopilamos las historias de mujeres que abandonaron a sus maridos, otras que se travistieron y algunas que defendieron sus ciudades de los saqueos piratas. ¡Viento en popa a toda vela!
Mujeres pirata en la historia y otras mujeres en el mar
Anne Bonny fue irlandesa y nació en el año 1698. El fruto de los encuentros de un adinerado abogado de Cork y su madre. Al no haber papeles de matrimonio, nunca se reconoció a la niña y se crió sin padre. Ya en la adolescencia se dio cuenta de que le gustaba montar caballos, usar la pistola y correr aventuras.
La leyenda dice que su progenitor, que nunca la reconoció como hija legítima, le ofreció un trabajo de asistente personal. A cambio, solo tenía que vestirse como un hombre y actuar como tal. A los 16 años, aquellos convencionales planes le aburrieron y se fugó con el hombre al que amaba: James Bonny.
Llegó a Estados Unidos, contrajo matrimonio con el marinero James y se quedó sin la herencia de su millonario padre.
A ella poco le importó, tenía otros planes. Se subió a un barco para llegar a Bahamas y conoció a Calico Jack.
Lejos de olvidarse de la idea de tener un romance con Calico Jack por culpa de su condición de casada, Anne Jack abandonó a su marido. El gobernador ordenó su detención pero, para entonces, ellos se habían unido a un grupo de piratas y corsarios. Volvió a vestirse con ropa de hombre, acompañado de un carácter valiente y mucho temperamento.
Tras asaltar varios barcos en las costas cubanas, Anne tiene un aborto espontáneo y pierde el hijo que está esperando. Cuando busques información sobre mujeres pirata, con frecuencia el narrador citará este episodio para justificar la actitud “despiadada” de Bonny. Ella era pirata y hacía lo mismo que sus compañeros de tripulación. Un mundo que usa diferentes métricas en función del género del personaje, ya sabemos que no funciona.
Pronto Anne Bonny se daría cuenta de que no era la única mujer a bordo. Esta amistad con Mary Read, nuestra siguiente invitada, llegó hasta el final de sus días. Y fue un gran apoyo para ella, porque no la abandonó cuando capturaron a Calico. La condena para un pirata del siglo XVIII era la ejecución.
La historia de Mary Read también empieza con unos pantalones. En el Londres del siglo XVIII, una mujer sola a cargo de dos hijos tenía pocas probabilidades de sobrevivir. Por vergüenza o miedo, la madre de Mary Read jamás registró a la niña y se desconoce quién fue el padre.
Al morir el hermano mayor de Read, la madre pensó que lo mejor era que Mary se hiciera pasar por él.
De este modo, el subsidio de orfandad seguiría llegando cada mes y la abuela paterna no se enteraría del fallecimiento de su nieto.
Mary no volvió a adoptar un rol femenino. Buscó trabajo como mercante y se embarcó bajo el nombre de Mark Read. Estuvo en la tripulación de la Royal Navy. Parece que nadie le hizo un chequeo médico porque a nadie se le ocurría que una mujer fuese a alistarse a la marina.
Un tiempo después, tomó un nuevo rumbo. Se había quedado viuda y embarcó a las Indias. Y como el destino es caprichoso, el barco pirata de Anne Bonny asaltó la embarcación de Mary. La hicieron prisionera y fue entonces cuando se dieron cuenta de que estaban ante un cuerpo femenino. A partir de ese día, Read escribió su nombre en la lista de mujeres piratas más famosas de todos los tiempos.
El Gobernador de Jamaica ya no sabía qué hacer para impedir los ataques. Ofreció una importante recompensa para aquel que terminase con Mary Read y sus secuaces. Al final, fueron apresados. Calico terminó en la horca y ellas fueron a juicio.
Víctima de unas fuertes fiebres y las duras condiciones de la cárcel, Mary murió. Pero Anne logró vivir hasta los 84 años. Circulan numerosas teorías sobre qué pasó después de Jamaica y cómo terminó viviendo en Carolina del Sur, algunos aseguran que su padre sobornó al tribunal y otros apuntan a que se convirtió en religiosa. Nosotras nos quedamos con la incondicional amistad de Mary y Anne mientras surcaban las aguas del Caribe.
¿Cómo salvó la virgen un barco atacado por los piratas?
Hasta hace poco, los marineros decían que una mujer subida a un barco era un peligro. Una señal de mal augurio, toda una provocación. La lógica de los naufragios era la presencia femenina. No obstante, en más de una ocasión, una mujer fue la que salvó a la tripulación. Y no debían que estar muy agradecidos porque el milagro lo concedió la virgen, pero el barco pasó de llamarse La María a El Bienvenido.
Los más escépticos pueden visitar el Santuario da Virxe do Camiño (Muros, A Coruña). Allí encontrarán los lienzos que retratan esta historia. Por el Cabo de Santa María pasaban transitaban barcos comerciales, las coordenadas perfectas para un ataque pirata. Cuando la tripulación de La María se vio acorralada por estos desalmados corsarios (con certeza nosotras sabemos que alguna mujer habría por ahí), recurrieron a la virgen.
Mural que cuenta la batalla que libró La María contra los piratas.
El trato fue el siguiente: si la virgen María salvaba a los marineros, ellos le darían el palo de proa y el aparejo. A ella le debieron gustar las condiciones porque aceptó. Dice la leyenda que la tripulación huyó en un bote y, gracias al milagro que obró la virgen, pudieron seguir con vida.
Los piratas que asaltaron La María eran de origen africano. Gibraltar y la costa gallega atraían a los corsarios, que buscaban robar las mercancías camino a América. Por supuesto, la piratería también existía en el norte de Europa.
Los marineros que sobrevivían a los ataques de piratas, tenían que ofrecer exvotos a los santos y las vírgenes. En Galicia se conservan muchos, ya que entre el siglo XVI y XVIII las costas gallegas estaban en el punto de mira.
En el año 2019, los arqueólogos marinos trabajaron en las costas de Ribadeo para rescatar el naufragado galeón San Giacomo di Galizia.
Si haces buceo en el Puerto de Baiona, seguro que encuentras la loza del norte de Europa. Los piratas saqueaban alrededor del continente y en algún momento se hundieron en las aguas gallegas. En el Museo do Mar de Galicia se pueden visitar las piezas “Bellarminos” con la cara del cardenal Roberto Ballemino, un inquisidor.
Naufragios en Galicia
En Sen Enderezo contamos por qué Costa da Morte es conocida como el cementerio de los ingleses. También narramos cómo defendieron Muros los vecinos y qué restos se pueden encontrar en el fondo marino del puerto.
¿Cómo acabó María Pita con el pirata Francis Drake y los ingleses?
La Plaza María Pita del centro histórico de A Coruña conmemora a una patriota. Aquella mujer cogió la espada para defender la ciudad de los corsarios y vengar el fracaso de la Invencible.
Felipe II quiso invadir Inglaterra y no lo consiguió. Entonces, Isabel de Inglaterra envió a España su mejor armada, pero su plan fue un desastre gracias a mujeres como María Pita. De los 27.667 ingleses que quisieron atacar A Coruña y llegar a Santander, solo volvieron a casa 3.722.
La hazaña de la coruñesa se ocultó durante 450 años, a raíz del acuerdo entre el corsario Francis Drake y un comandante inglés. Sí, piratas haciendo tratos con militares.
¿Por qué querían los ingleses a Santander? Por venganza. Primero los españoles llegaron a sus costas con intención de invadir el país. Destrozaron sus barcos y buscaron refugio en Santander para reparar los navíos. La reina aprovechó este momento de debilidad para mandar su mejor flota, la Contra Armada. Sin embargo, el militar John Norris cometió un gran error: subestimar A Coruña y las coruñesas.
El 28 de abril de 1589, zarparon 180 barcos de Plymouth rumbo a Santander. El plan de los ingleses era el siguiente:
Exterminar la flota española y saquear la ciudad.
Llegar a Lisboa, conseguir la sublevación y tomar Azores para robar el oro que viajaba de América.
Y por si fuera poco, luego querían dominar Brasil.
Pero, lo dicho, no contaban con que un lugar como A Coruña (con solo 500 soldados) terminase con sus planes de conquista.
La flota inglesa llegó a Coruña el 5 de mayo. La Playa de A Mariña fue tomada por 1.500 soldados. La gente se protegió dentro de los muros de la ciudad, mientras los ingleses querían que la muralla medieval volara por los aires. No había efectivos suficientes para defender Coruña, así que el propio marqués de Cerralbo aceptó que las mujeres participaran en la batalla.
María Pita y sus compañeras de armas no permitieron que los ingleses se hicieran con su ciudad. Siempre, en cualquier revuelta, hubo mujeres en el epicentro. Y mientras la Historia se escriba usando las gafas equivocadas, enviando para casa a la mujer, solo llegaremos a conocer los nombres de algunas de las protagonistas.
Que no quedaba munición, las mujeres lanzaban piedras a los soldados. La lucha era a muerte.
Durante mucho tiempo, los piratas como Francis Drake intentaron hacerse con el poder de A Coruña. María Pita lo impidió. Al igual que terminó con el ejército inglés, uno de los más temidos del siglo S. XVI.
El Puente de O Burgo era otro lugar clave. Si las tropas británicas lograsen atravesarlo, quizá hoy los coruñeses hablasen inglés.
María Pita es una heroína que pasó a los libros de Historia sin el reconocimiento que merecía. Y ella ya lo sabía, tenía claro que siendo mujer, la Corona no iba a ponerse en contacto y felicitarla.
Esta coruñesa no era de las que esperan sentadas en casa, tomó la pluma y escribió a la Corte. Pedía única y exclusivamente los mismos honores que un hombre capaz de librar su hazaña. En el primer capítulo de Pioneras, un documental feminista dirigido por Nieves Conconstrina, mencionan este desconocido episodio de la vida de María Pita.
Tras el desastre en A Coruña, Francis Drake volvió a Inglaterra. Le recibieron como un héroe. Incluso fue nombrado caballero por la reina Isabel I. Un final bastante diferente al de María Pita, la mujer que libró a Galicia de piratas y soldados ingleses.
Las banderas piratas y de la armada inglesa en Guadalajara
Algunas de las banderas de la flota inglesa que naufragó en A Coruña, se pueden ver en la Catedral de Sigüenza (Guadalajara).
En febrero vamos a escribir sobre mujeres pirata e historias del mar. Aventureras que surcaron los mares según sus normas, abandonando el matrimonio o renunciando a millonarias herencias. Querían vivir en libertad y perderse en la inmensidad del océano. Aquí te hemos contado una bella amistad entre piratas, una virgen capaz de salvar un barco y qué pinta la coruñesa María Pita en todo esto. Y tú, ¿conocías a algunas de estas mujeres pirata?
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Soy socióloga, feminista e inmigrante en Rumanía. Trabajo de SEO Copywriter y vivo de la escritura y lo que posiciono en Google. Nací en un pueblo de Pontevedra (Galicia, España) en 1994 y durante un tiempo fui Belén de ANHQV, una millennial con más empleos que la Barbie. Pero a mí lo que me gustaba era contar historias protagonizadas por mujeres.
Gracias a mi profesora de Historia de 2° ESO, Pilar, apareció esta pregunta en mi cabeza: ¿dónde estaban y qué hacían las mujeres de esa época? Además, por suerte, mi abuela y mi madre siempre me han contado anécdotas familiares. Entonces, ¿por qué no juntar todo en una web feminista?
Eso hice. Y aquí sigo, ahora en Bucarest, aporreando el teclado de Sen Enderezo que funciona desde 2014.
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