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Dragobete, el Día de San Valentín en Rumanía
Dragobete es el Día de San Valentín rumano y se celebra el 24 de febrero, diez días después del día de los enamorados. Pero ¿de dónde viene esta tradición? Las parejas rumanas ya tenían su propia celebración mucho antes de popularizarse los corazones, las cenas románticas a la luz de las velas y las tarjetas con mensajes. En Sen Enderezo, te explicamos todos los detalles para que este año tengas más suerte en el amor (al menos en esta parte de Europa).
¿Por qué los rumanos celebran San Valentín el 24 de febrero?
Dragobete es el Día de San Valentín en Rumanía. El evento tiene lugar todos los años el 24 de febrero, una fecha muy importante para la cultura de este país. Y es que se venera a Deagobete, el mítico hijo de Baba Dochia.
Baba Dochia es la anciana que decide cuándo empieza la primavera y se deja atrás el invierno rumano.
Cada 1 de marzo, las mujeres de Rumanía ponen un martisor en la solapa de su abrigo. Un broche que atrae la salud, el amor y la felicidad de la primavera.
La leyenda habla de Baba Dochia como una vieja cascarrabias. Era tan mala suegra que envió a su nuera a por bayas, pensando que no las encontraría porque había nieve. Se equivocó, la muchacha volvió a casa con un kilo de ellas. Entonces decidieron ir a la montaña y vistió sus nueve mejores abrigos. Durante la travesía llovió y tuvo que desprenderse de las prendas. Al bajar las temperaturas, Baba Dochia murió de hipotermia. Hablar mal de la suegra es un clásico. En el blog contamos qué se celebra el 1 de marzo en Rumanía.
Siguiendo el calendario bizantino, el primer día de marzo coincide con la veneración de la mártil Evdokia. Todo parece indicar que la impaciencia por la llegada de la primavera y este festejo son el origen del mito de Baba Dochia.
La naturaleza es muy sabia. La mitología bautizó el 24 de febrero con el nombre de “el día que los pájaros se emparejan”. Suben las temperaturas, aumentan las horas de sol y la vegetación cambia. Cuando florecen las plantas, las aves pueden construir sus nidos y aparearse. Dicho acontecimiento, merece la celebración por todo lo alto en el calendario rumano.
Parte de la tradición indicaba que la nieve que quedaba en los caminos tenía propiedades mágicas (zăpada zânelor, «la nieve de las hadas»),. Las doncellas tenían que seguir un estricto ritual para meter el hielo en pócimas para sus señoras. ese año no caerán enfermas y podrán atraer al hombre que deseasen.
Representación de Dragobete, el San Valentín rumano.
Y en cualquier parte del mundo, ya se sabe qué pasa por estas fechas: la primavera, la sangre altera. Los católicos le pusieron el nombre de San Valentín, una divinidad que protege las relaciones amorosas de sus fieles. A los griegos les convencía más Eros, el encargado de mantener la atracción sexual entre sus seguidores. Y en la Antigua Roma creían en Cupido, el dios del deseo amoroso.
Pues en Rumanía, se llama Dragobete y es el gran día de los enamorados.
En todas las regiones es tradición salir al bosque para recoger flores. Por ejemplo, las campanillas de invierno que unos meses después desaparecen del campo porque llega la primavera. En especial se anima a los niños para que confeccionen bonitos ramos y centros de mesa.
“Dragobete besa a las chicas” es un dicho muy popular y en Mehedinti, en el sur de Rumanía, lo conocen muy bien. Después de ir al monte a recoger flores, las niñas tenían que volver corriendo al pueblo. Es entonces cuando los niños perseguían a su amada e intentaban darle un beso. Sin embargo, la última palabra la tenía la niña rumana y no Dragobete. Si le gustaba el pretendiente, accedían y podían besarse delante de todos, pero si no estaba interesada le apartaba la cara. De haber beso, tenían que comprometerse durante mínimo un año.
Muchas parejas rumanas aprovechan la celebración de Dragobete, el Día de San Valentín, para anunciar su boda.
En este día, estaba prohibido cazar y era obligatorio darle de comer a los pájaros. De hacerle daño a un animal, se estaría rompiendo el enamoramiento de alguna pareja y Dragobete tomaría represalias.
Los que ya estaban emparejados, tenían una forma muy sencilla de demostrar quién era el que mandaba en la relación. Bastaba con pisar el pie del cónyuge.
En Bulgaria también conocen el mito de Baba Dochia y su hijo Dragobete. En las bodas, en un momento de la ceremonia, uno de los cónyuges pisa el pie del otro para demostrar quién manda. Sin embargo, no se cree que tenga relación con el Día de San Valentín. El debate sobre las relaciones basadas en la igualdad, lo dejamos para otra ocasión.
El 24 de enero de 1859, los Principados Rumanos Unidos (Valaquia y Moldavia) se unificaron, empezando a crear el país que hoy es Rumanía. A partir de ese momento, Valaquia reinada por Alexandru Ioan Cuza y Moldavia pasaron a ser parte del mismo territorio. Más tarde, en 1881 se cononó al Rey Carol I. El 24 de enero es festivo en Rumanía para celebrar el Día de la Unificación.
Marzo comienza con la llegada de la primavedra y los rumanos recuerdan a Baba Dochia con un martisor. La tradición es regalar flores y este broche a las mujeres, deseándoles buena salud y toda la felicidad de esta bonita época del año.
La Pascua ortodoxa es la celebración más importante en Rumanía, me atrevería a decir que por delante de la navidad. Son unas fiestas para pasar en familia y participar en los oficios de la iglesia. Además, según la región rumana se puede ver la mezcla de la cultura húngara. Y no olvidemos que aquí también hay católicos y prostestantes, cada comunidad lo vive de una manera.
El 1 de diciembre es otra fiesta nacional y muy sentida. Tras la I Guerra Mundial, hubo cambios en el mapa político de Rumanía. Desapareció el Imperio Austrohúngaro y surgió Rumanía con unas fronteras más amplias que las actuales. En Sen Enderezo escribimos sobre este marcado día.
Sin duda, el mes de diciembre rumano es muy revolucionario. Entre el 16 y el 27 del diciembre de 1989 se escribió un nuevo capítulo en la historia del país: la Revoluția română. Un pueblo que se levantó contra las décadas de comunismo, cuyas protestas empezaron en Timisoara y se llevaron a otras ciudades del país.
Y llegamos a las navidades rumanas. La festividad empieza el 6 de diciembre, cuando San Nicolás trae chocolate a los niños que se han portado bien. Siguiendo con el 20 de ese mismo mes, Día de San Ignatius, el San Martiño (San Martín para los castellanos) de Rumanía. No hay Reyes Magos, pero estas fechas tienen mucho encanto en Europa del Este.
Has podido ver con tus propios ojos que los rumanos celebran San Valentín de una manera diferente. Dragobete viene cada año el 24 de febrero cargado de amor para que todos sus compatriotas encuentren pareja. Siempre ha sido más agradable llegar a la primera acompañado para disfrutar de la naturaleza, el canto de los pájaros y la subida de las temperaturas. Y no te preocupes si te ha pillado una de las últimas nevadas del invierno, ¡utiliza el hielo para crear auténticas pócimas del amor!
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Gracias por leer Sen Enderezo y escribir este comentario. La verdad es que no hay un menú típico para el Día de San Valentín rumano, Dragobete, como sí ocurre en Navidad.
Sin embargo, puedes preparar una cena o comida muy rumana. Aquí te dejo un ejemplo de menú:
– Salată de Vinete: Una ensalada a base de berenjenas y cebolla.
– Otros aperitivos para tomar con pan: icre de fasole, zacuscă (puede ser de pescado, tomate, pepinos…) y también icre de pește.
– Ciorbă de Perișoare: Una sopa de albóndigas con verduras.
– Sarmale cu mămăligă: Rollos de repollo rellenos de carne de cerdo, cordero (menos frecuente) o ganso. La mămăligă es maíz molido con smântâna y queso.
– Grătar: carne a la parrilla.
– Papanași: Un postre explosivo, son «buñuelos» con chocolate o mermelada y smântâna.
Con esta carta, puedes tener a cualquier rumano o rumana en el bote.
Soy socióloga, feminista e inmigrante en Rumanía. Trabajo de SEO Copywriter y vivo de la escritura y lo que posiciono en Google. Nací en un pueblo de Pontevedra (Galicia, España) en 1994 y durante un tiempo fui Belén de ANHQV, una millennial con más empleos que la Barbie. Pero a mí lo que me gustaba era contar historias protagonizadas por mujeres.
Gracias a mi profesora de Historia de 2° ESO, Pilar, apareció esta pregunta en mi cabeza: ¿dónde estaban y qué hacían las mujeres de esa época? Además, por suerte, mi abuela y mi madre siempre me han contado anécdotas familiares. Entonces, ¿por qué no juntar todo en una web feminista?
Eso hice. Y aquí sigo, ahora en Bucarest, aporreando el teclado de Sen Enderezo que funciona desde 2014.
* Todos los artículos de Sen Enderezo pertenecen a alguien: Laura Oliveira Sánchez u otras colaboradoras. Copiar en un examen, está mal. Robar el contenido de otra persona haciendo copy-paste también, y es ILEGAL. Cita Sen Enderezo en la bibliografía y no parafrasees. Es más divertido escribir textos únicos, te lo aseguro.*
Contacta conmigo en sen.enderezo@gmail.com
Hay algún tipo de comida en especial para el día de Dragobete
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Hola, Sary.
Gracias por leer Sen Enderezo y escribir este comentario. La verdad es que no hay un menú típico para el Día de San Valentín rumano, Dragobete, como sí ocurre en Navidad.
Sin embargo, puedes preparar una cena o comida muy rumana. Aquí te dejo un ejemplo de menú:
– Salată de Vinete: Una ensalada a base de berenjenas y cebolla.
– Otros aperitivos para tomar con pan: icre de fasole, zacuscă (puede ser de pescado, tomate, pepinos…) y también icre de pește.
– Ciorbă de Perișoare: Una sopa de albóndigas con verduras.
– Sarmale cu mămăligă: Rollos de repollo rellenos de carne de cerdo, cordero (menos frecuente) o ganso. La mămăligă es maíz molido con smântâna y queso.
– Grătar: carne a la parrilla.
– Papanași: Un postre explosivo, son «buñuelos» con chocolate o mermelada y smântâna.
Con esta carta, puedes tener a cualquier rumano o rumana en el bote.
Espero que sea útil esta información.
Un saludo,
Laura O. Sánchez
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Gracias..Es para una tarea de mi hijo
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Oh, vaya, ¡qué tarea tan interesante! 🙂
Pues espero que el contenido de Sen Enderezo, como mi sugerencia de menú, haya sido de utilidad.
Un saludo,
Laura O. Sánchez
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