7 frases célebres del feminismo y quién las dijo
Estas 7 frases célebres fueron pronunciadas por grandes mujeres y hoy vamos a darles el reconocimiento que merecen. Toma nota de sus palabras, te serán muy útiles.
Si las mujeres no se depilan desde el principio de los tiempos, ¿por qué empezaron a eliminar el vello púbico? Porque pensaban que era una maldición mantener el pelo largo, además de una prueba de que eras pobre. Pero ¿todas llevaban el mismo peinado? No. Mientras las mujeres de clase alta compraban elaborados tocados y las sirvientas no tenían agua para lavarse la cabeza. Y más reciente es el papel que juega el pelo en la identidad de las mujeres migrantes. ¿Y los hombres? Hubo un tiempo en el que lucían con orgullo largas melenas. Hasta que un decreto dijo que tenían que cortarse el pelo. En Sen Enderezo queremos contarte cómo cambiaron los peinados a través de la historia y por qué. ¡Aquí hay mucho que cortar!
¿Cómo cambiaron los peinados a través de la historia?
¿En qué año se empezaron a depilar las mujeres? Se han depilado las piernas desde hace siglos. Sin embargo, no todas. Y en la Edad Media no se podía elegir. El pelo oscuro y el vello púbico eran un símbolo de los estamentos más bajos de la sociedad. Los romances y las rimas de la época se encargaron de difundir la idea de que el cuerpo peludo no es higiénico.
Pensar que los genitales femeninos con pelo implican suciedad, se remonta en el tiempo. El propio Platón describió el útero como un animal sediento al que hay que darle agua con regularidad. De no mantener los niveles de humedad adecuados, la mujer se seca y no puede concebir.
Otro punto importante de su teoría fue afirmar que el útero se movía por todo el cuerpo, llegando a la cabeza y otros órganos vitales. Eran otros tiempos, por supuesto, pero no queríamos dejar escapar la ocasión. A partir de este razonamiento, nace la ginecología y los cuidados relacionados con la vulva y otros allegados.
UNED Humanidades es un poscast que cuenta las mejores historias. Te recomiendo el episodio en el que explicaron el origen de la ginecología y por qué el vello púbico resulta tan «peligroso».
La menstruación continúa siendo un misterio para las mujeres del mundo. Desde luego, yo sigo preguntándome muchas cosas todos los meses. Y estos interrogantes sin responder no son una casualidad. La sangre menstrual en contacto con el vello púbico ya daba pánico en la Edad Media, cuando se transmitían las siguientes historias:
He dejado la mejor leyenda para el final. El ejemplo más claro de por qué se creía que el vello púbico era peligroso.
Nos vamos a la Porta Tosa de Milán (1185). Allí vemos una mujer enseñando con orgullo la vulva peluda, pero ¿a qué se debe tanto descaro? Las leyendas que circulaban por el Mediterráneo advertían del peligro que corrían los hombres que estaban en contacto con esta clase de mujeres.
Al intentar mantener relaciones sexuales, el miembro viril quedaba atrapado y terminaba por cortarse. Una metáfora que prohibía el trato con mujeres del pueblo llano.
En la Antigua Roma, las prostitutas se teñían el pelo de rojo para diferenciarse del resto. Te lo contamos en nuestro artículo sobre Pepa a Loba.
Antes de la Edad Media, resultaba común ver hombres con pelo largo. De hecho, se trataba de una tradición muy arraigada. Hasta que una nueva lectura de los textos sagrados llegó a la conclusión de que aquello era una blasfemia.
En esta estática sociedad, ¿por qué comenzaron a prestar atención a las melenas? Basándose en un pasaje de la Biblia, en concreto San Pablo hablándole a los Corintios (11:14), la gloria de las mujeres reside en sus largos cabellos. Por lo tanto, solo las mujeres adineradas podrían salir a la calle con melena.
En la Inglaterra del siglo XII, se legisla una ley que marca cómo deben llevar el pelo los varones de bajo estatus social de la ciudad y el campo. No solo por la ropa se ve que no son aristócratas, basta con prestar atención a sus cabezas. Ellos jamás llevarían el cabello corto y aseado como los hombres de la Corte.
Por supuesto, en las santas escrituras se hace referencia a hombres con pelo largo. Sansón guardaba toda su fuerza en la cabellera. Y la literatura misógina aprovechó la ocasión para dejar una moraleja que continúa siendo popular: una mujer le cortó el pelo y perdió su poder. Además de la pérdida física, dejó atrás su apetito sexual y las influencias políticas. Esta leyenda relaciona la melena masculina como un punto débil.
En la Corte, los hombres no podían asistir si tenían el pelo largo. Pensaban que la cabeza del rey tenía que encajar a la perfección con la corona, de forma que Dios pudiera iluminarle. Las reinas, con sus elaborados tocados, colocaban la tiara pero sin los mismos derechos que su consorte. Hasta los detalles más pequeños cuentan.
Por si todavía había dudas sobre la longitud del cabello masculina, un decreto de Bavaria (S. XIII) despejó todas las dudas. En la ley se escribió de forma clara que los hombres debían cortarse el pelo por encima de las orejas.
Rose Bertin (1747-1918) fue la modista y sombrerera más famosa de toda Francia. Vistió a las ricas damas de la Corte y llegó a ser amiga íntima de María Antonieta. Conquistó a las clientas gracias al trabajo duro y las dotes para diseñar atrevidos trajes, tanto que fue la primera en crear un vestido para una embarazada.
La lista de pedidos era tan larga que pudo abrir un taller, una lujosa tienda y contratar a otras mujeres de la comarca. El éxito no le abandonó porque tenía excelentes contactos en la Corte, no paraban de recomendarla en las reuniones de la alta sociedad. Trataba directamente con los proveedores y siempre ofrecía novedades.
Durante varias décadas, se fue gestando la Revolución Francesa. La quiebra del Antiguo Régimen no ocurrió de la noche a la mañana. Tampoco, desde luego, afectó solo a la política. La moda reclamaba un respiro, librarse de las pesadas telas y mostrar nuevas siluetas. Y para esta tarea, Rose Bertin era la mejor.
La fama de Rose Bertin voló por Francia y las aristocracias europeas. Ya diseñaba para María Antonieta en 1772. Su taller de más de 30 empleadas trabajaban a destajo para entregar en fecha los pedidos de la reina. Teniendo en cuenta que se veían dos veces a la semana, sabemos que muchos vestidos y pelucas de la aristócrata salieron del talento de Bertin.
Con todos estos cambios, los complementos eran la clave para un look perfecto. Rose estaba enamorada de los sombreros y usó todas sus dotes.
Para sostener tales creaciones, las damas tenían que peinarse al estilo pouf.
De esta manera, los adornos se mantenían en el cabello. Algunas incluso llevaban sobre sus cabezas los navíos que atracaron en América.
Un peinado pouf alcanzaba los 90 cm y se construía en base a gasas, lana, postizos, aceites y alambres. En la cultura japonesa, durante siglos, las geishas seguían un método parecido para mantener sus perfectos recogidos.
Fue en esta época cuando nacieron las revistas para mujeres dedicadas exclusivamente a la moda. Rose encabezó muchos titulares, quizá uno de los más sorprendentes es el que anuncia sus muñecas en miniatura. Los vestidos estaban hechos a mano y por orden de la reina.
La llegada de la Libertad, Igualdad y Fraternidad significó la ruina para la modista Rose Bertin. Gran parte de sus clientas, al igual que ella misma, se exiliaron. Terminaron los pedidos y su salario veinte veces mayor que el de una mujer de clase baja. Por no mencionar la pérdida de los encargos de María Antonieta y toda la Corte.
Rose Bertin ayudó en la huida de Mª Antonieta, aunque fracasó. Entre los baúles que llevaba, metió veinte de sus vestidos hechos a medida. Tras la decapitación, se mostró en contra de los principios de la revolución y colaboró con la nobleza exiliada.
Sin embargo, hablamos de una mujer con recursos. Ante la sospecha de las represalias por su relación con las nobles, quemó los libros de contabilidad y canceló los pagos pendientes. La reina jamás abonó el dinero por todos los servicios prestados. Hecho esto, buscó clientas en el extranjero.
Los últimos años de su vida los pasó en Reino Unido, hasta que la caída de Robespierre hizo posible su vuelta a la capital parisina. Los ingresos de la tienda eran menores que los de épocas anteriores, pero siguió diseñando y abonando sobornos para que le dejasen continuar con su trabajo.
Muerte a los corsés. Nada de quedarse en casa con la pata quebrada. La lucha por el sufragio y otros derechos básicos. Las mujeres europeas de la década de 1920 tuvieron varios frentes abiertos y, lejos de caer en la romantización, ganaron importantes batallas.
Cortarse el pelo a la altura de las orejas no fue una casualidad. Aquello era una declaración de intenciones. Un grito de liberación. Menos tiempo dedicado al cuidado del cabello y más actividades fuera del hogar. Lo hemos visto en el cine y las series históricas, mi ejemplo favorito es Downton Abbey.
Las cholas de Bolivia defienden sus largas trenzas en la lucha libre o en las calles de La Paz. Lee el artículo de senenderezo.com para saber más sobre tejidos, peinados y feminismo.
Desirée Bela-Lobedde lleva décadas viviendo en España, a pesar de no haber nacido en mi país. Dejó Guinea Ecuatorial y emigró en busca de un trabajo digno. En el libro Ser mujer negra en España, cuenta su historia como migrante. Recomiendo su blog desireebela.com porque resulta casi terapéutico. El activismo de Desirée parte de la reconciliación de las mujeres con su afro.
Si buscas profundizar más sobre el pelo y la identidad de las mujeres, compra Rapunzel’s Daughters: What Women’s Hair Tells Us About Women’s Lives. Es un ensayo basado en las entrevistas a decenas de personas de todo el mundo en las que responden qué relación tienen con su cabello. ¡Tampoco el azar eligió que Rapunzel sea una princesa de Disney!
Chimamanda Ngozi Adichie lanzó al mercado el libro Americanah en 2013. En él narra las peripecias de una mujer que vive a caballo entre Estados Unidos y Nigeria. Pasando las páginas puedes ver el constante conflicto interno entre sus raíces y el país de emigración. No podría elegir mejores palabras, ya que las los interrogantes parten de la relación que tiene con su afro. ¿Hasta qué punto el pelo marca el futuro de una persona?
Memorias de una Geisha es una ficción que engancha desde la primera línea. Sería complicado ignorar las anécdotas de Sayuri, una anciana japonesa que explica cómo vivió en el Japón de entreguerras. La geisha se viste de los pies a la cabeza y cumple con su rol desde que se levanta hasta que se acuesta. Cubrirse la cara de blanco y hacerse moños son los elementos más importantes del ritual.
Cuando era niña y estaba en el colegio, le cortaron las dos trenzas de un tajazo. Esta travesura le marcó para siempre. Pasó a llevar «el pelo como un chico». Rohina Hoffman es fotógrafa en Los Ángeles, aunque nació en la India, y se atrevió a hablar con decenas de mujeres sobre identidad y cabello. Además, no eligió un momento cualquiera. Hoffman publicó su obra Rohina Hoffman: Hair Stories en pleno auge del movimiento feminista #metoo.
Al analizar en qué año las mujeres empezaron a depilarse y cambiar los peinados, queda en evidencia su influencia sobre la identidad de las mujeres. El pelo es nuestra primera carta de presentación y marca nuestra vida diaria. En algunas partes del mundo, rapar a una mujer sigue siendo una señal de «pérdida del honor» como para los vikingos. Otras culturas prefiere ocultar el cabello femenino en hijabs y algunos religiosos creen que cortarse la melena es un acto de vanidad.
En Sen Enderezo hemos hecho un simple repaso por la historia del pelo y qué pintan las mujeres en todo esto. En cuanto a ti, ¿qué relación tienes con tu cabello?
Aquí hablamos de la historia de la modo desde la perspectiva de género. Visibilizando cómo influyen las prendas de vestir, nuestra piel social, en el día a día. La industria textil está escrita con nombre de mujer y aquí queremos dejar constancia de su huella.
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Explora el vínculo entre el feminismo latinoamericano y el neoliberalismo, examinando el papel que desempeña la herstory en esta relación. El feminismo latinoamericano es una forma de pensamiento que puede abordar las desigualdades sociales y promover la justicia social.
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