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Jeanne Baret, la primera mujer en dar la vuelta al mundo
Jeanne Baret, más conocida como Jean Baré, fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo. La francesa trabajó como botánica y participó en una gran expedición: Bougainville, entre 1766 y 1769. ¿Cómo lo consiguió? Disfrazándose de hombre, al puro estilo Mary Read, ya que la presencia femenina no era bienvenida en el barco ni la vida académica. Hoy en Sen Enderezo te contamos todos los detalles sobre este viaje internacional.
¿Qué hay en este artículo para ti? – Las aventuras de la francesa Jeanne Baret
La expedición alrededor del mundo (1766-1769) de Jeanne Baret
En 1766, un barco zarpó desde Francia rumbo a la Polinesia, con parada previa en América. El objetivo era ampliar el catálogo de especies de los botánicos al mando. Jeanne Baret, una joven de 26 años, apuntó a la aventura vestida de hombre.
Fue la primera vez que un país europeo se enfrentaba a un viaje académico de estas características, por lo que tuvieron que usar buques del ejército. En esta hazaña, también se terminaría embarcando la primera mujer que dio la vuelta al mundo.
¿Pillaron a Baret y la trampa de su disfraz? Sí, en 1768 descubrieron que en realidad era una mujer y la dejaron en tierra (Mauricio, en pleno Océano Índico).
Jeanne Baret (1740-1807) y la primera mujer en dar la vuelta al mundo.
¿Cómo se le ocurrió subir al barco?
Jeanne Baret tuvo que sacarse las castañas de fuego. Trabajó como ama de llaves en una casa a 20 kilómetros al sur de La Comelle (Francia). Consiguió un ascenso cuando falleció la esposa, por complicaciones en el parto, y la exploradora Baret asumió la administración de la casona.
Las habladurías decían que Baret y el viudo mantenían una relación demasiado estrecha. Razón por la cual, en 1764, quedó embazada. Por aquel entonces, Francia exigía que las solteras encinta solicitaran un «certificado de embazado» en el que debían citar el nombre del padre. Sin embargo, ella se negó a revelar la identidad del amante.
La historia con el acomodado viudo no se quedó allí. Deciden vivir juntos en París, aunque ella continúa siendo una empleada. La aventurare pasa a llamarse «Jeanne de Bonnefoy» y su hijo ilegítimo: Jean-Pierre Baret. El niño terminó en un orfanato de la capital, y posteriomente adoptado por una familia (falleció al poco tiempo).
Commerson, el supuesto amante de Baret, recibe una carta informándole de la expedición de Bougainville (1765). No sabía si aceptar porque estaba pasando ciertos problemas de salud y dependía de la ayuda incondicional de Jeanne. Al final, ella propone hacerse pasar por un varón y colarse en la tripulación. ¡Viento en popa a toda vela!
Entre los preparativos previos al viaje, Commerson redactó el testamento y dejó claro que quería entregarle una importante cantidad de dinero a la empleada y el apartamento parisino. No obstante, este lío amoroso es una hipótesis y, en el blog Sen Enderezo, nos gusta centrarnos en la celebridad de nuestras mujeres. La botánica Jeanne Baret fue la primera mujer en dar la vuelta al mundo, eso es un hecho.
¡Empieza la aventura! Un viaje en barco alrededor del mundo
Baret se presentó en el puerto de Rochefort como asistente del que hasta ese momento había sido su jefe. En el buque Étoile no admitían señoritas, pero ella se disfrazó con ropa de hombre y cubrió su rostro. Nadie sospechaba que se estaba colando. También se las ingenió para contar con un camarote más sofisticado, que contaba con un baño privado.
El mapa con la ruta de la Expedición de Bougainville (S.XVIII).
Hoy conocemos esta hazaña gracias al diario personal que escribió junto a otras dos personas de la tripulación, los escritos del Príncipe de Nassau-Siegen – también a bordo- y las memorias del cirujano François Vivès (este último echó algunas pestes sobre Baret y Commerson porque se llevaba mal con ellos).
El trabajo de verdad comenzó al llegar a Montevideo (Uruguay). Todo apunto a que Commerson padecía achaques, por ejemplo un fuerte dolor en la pierna y piedras en el riñón. Por lo tanto, Baret hizo de ciudadora además de encargarse de las tareas de ambos. Había que cargar los suministros, las muestras y otros esfuerzos físicos para que la expedición fuera un éxito.
Homenaje de Google a la primera mujer científica que dio la vuelta al mundo.
La travesía por Latinoamérica se complicó al atracar en Río de Janeiro (Brasil), donde asesinaron al capellán del Étoile. La mujer que protagoniza nuestro artículo, cogió allí una muestra de una bella flor, la Buganvilla.
De nuevo subieron al barco y navegaron hasta el Estrecho de Magallanes. Había un gran interés por la flora de la Patagonia. El terreno era complicado y necesitaban tener una enorme capacidad física para soportar el clima. Bernet se autodefinía como «una bestia de carga» capaz de poner sobre sus hombros el material que debía transportar el delicado Commerson.
Tomaron muestras de plantas, piedras y conchas. Luego debían clasificar todas las especies y escribir notas con la mayor cantidad posible de información.
Era hora de zarpar por el Pacífico. Tahití iba a ser el lugar en el que saltaría el escándalo: la tripulación francesa viajaba con una mujer. Sin embargo, el embuste lo descubieron los locales, y no los franceses. Para salir del paso, dijo que era un eunuco, pero esto es una especulación.
Al analizar los diarios del cirujano, se señalan otros incidentes previos relacionados con la identificación del género de la exploradora. Incluso señalan que se autodefinía como mahu (el tercer sexo de la cultura hawaiana).
Los botánicos tenían otros problemas más importantes que las teorías sobre la identidad de Banet. Estaban pasando escasez de alimentos a su paso por Indonesia, así que hicieron una parada más larga en Isla de Mauricio. En la época, se trataba del mayor puerto comercial del Índico y el punto de encuentro de embarcaciones de todo el mundo.
Tirando de contactos, la viajera francesa logró librarse del escándalo y se quedó a vivir en la isla. En teoría volvía trabajar como ama de llaves, pero recolectó plantas de Madagascar y otras zonas. Tampoco le hizo ascos a trabajar en una taberna y pagó una multa por servir alcohol en domingo. Tras la muerte de Commerson, se comprometió con un oficial naval francés y aportó al matrimonio una auténtica fortuna.
Sin que tengamos constancia exacta de la fecha, en algún momento completa la vuelta al mundo y vuelve a su Francia natal acompañada de su esposo.
El Ministerio de la Marina aprobó una pensión de jubilación de 200 libras al año, que salían de los fondos especiales de los militares retirados.
¿Por qué el trabajo científico de Jeanne Baret es importante?
Jeanne Baret identificó más de 6.000 especies diferentes en Brasil, Mauricio, Madagascar y Tahití. Entregó alrededor de 30 cajas cargadas de muestras de plantas, algunas nuevas y otras poco conocidas en Francia.
El currículum de Baret es increíble, pero en muchas ocasiones se habló más sobre su vida privada.
El rey Luis XVI reconoció su labor, aunque la definió como asistente del botánico Commerson. Si quieres ver las muestras del herbario de esta mujer, acércate al Jardín Botánico de Nueva York.
La Universidad de Utah bautiza algunas de las nuevas especies vegetales con nombres relacionados con Baret.
La Universidad de Cincinnati también ha tenido guiños hacia la francesa.
Sin embargo, la primera biografía en inglés (escrita por John Dunmore) que se publicó sobre la científica se lanzó al mercado en 2002, y solo en Nueva Zelanda.
Si hoy hablamos de ella es gracias a los artículos en revistas académicas y las investigaciones recientes de personas interesadas en la herstory.
Incluye en tu biblioteca este libro autobiográfico de Glynis Ridley para conocer todos los detalles de la vida de la botánica Jeanne Baret. Puedes comprarlo online y empezar la lectura en un par de días. Si la comunidad científica ha ignorado durante décadas el papel de las mujeres en la Academia, en Sen Enderezo vamos a darles el protagonismo que merecen.
El descubrimiento de Jeanne Baret (2010), de la escritora Glynis Ridley.
Otras 6 mujeres de Sen Enderezo que se vistieron de hombre
1. Anne Bonny se hizo pasar por un hombre para subir a un bar, pero por un motivo muy diferente al de la botánica. Ella era pirata y se encargaba de saquear las ciudades portuarias del Caribe. Las malas lenguas dicen que mantuvo un romance con su compañera a bordo, Mary Read.
2. Felícitas Chaverri asistió a las clases de la universidad en Costa Rica disfrazada de hombre, al estilo Concepción Arenal. No contenta con esto, defendió incansablemente el libre acceso a la educación superior. ¡Gracias por todo!
Felícitas Chaverri fue una de las feministas más importantes de Costa Rica gracias a su compromiso con el acceso libre a la educación.
3. En repetidas ocasiones te hemos contado la hazaña de la pareja formada por Marcela y Elisa. Estas jóvenes gallegas estaban enamoradas y querían vivir juntas, pero en aquellos tiempos esto era una locura. Tanto que para mostrar su amor, una tuvo que hacerse pasar por un hombre ante el altar.
Marcela y Elisa, el primer matrimonio LGTBI de España y en Galicia.
4. Hasta hemos tenido una mujer papa. Juana quería estudiar, estar cerca de su amante y llegar a una posición de poder. Entonces, ¿por qué no ir directamente a la cúpula del Vaticano? Entre la leyenda y la historia, en Sen Enderezo te presentamos a la primera y única papisa de los católicos.
Durante casi tres años, la Iglesia tuvo una mujer papa.
5. Catalina de Erauso nació en Euskadi y su CV tiene de todo. Dejó el convento en el que llevaba años trabajando como religiosa y se alistó en el ejército. Por supuesto, ocultó su pasado para batallar en Panamá, Venezuela y Chile.
6. Luisa Capetillode Puerto Rico no se disfrazó de hombre, simplemente se puso los primeros pantalones en público. La anarcofeminista hizo un gesto que cambió el mundo de la moda y la forma en la que las mujeres se movían por la ciudad.
Soy sincera al admitir que no conocía la trayectoria de Jeanne Baret hasta que salió elegido el tema «grandes viajeras» en marzo. En el colegio jamás me hablaron de la primera mujer que dio la vuelta al mundo, ni siquiera se centraron demasiado en enumerar los logros científicos de las mujeres. Pero para eso están los blogs como Sen Enderezo. Y a ti, ¿ya te sonaba la historia de la francesa?
Si ya las Islas Canarias son impresionantes y atraen turistas de todas las partes del mundo, El Hierro es todavía mejor. ¿Por qué? Por ser una isla ecologista, un punto histórico, un paraíso con playas…
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Soy socióloga, feminista e inmigrante en Rumanía. Trabajo de SEO Copywriter y vivo de la escritura y lo que posiciono en Google. Nací en un pueblo de Pontevedra (Galicia, España) en 1994 y durante un tiempo fui Belén de ANHQV, una millennial con más empleos que la Barbie. Pero a mí lo que me gustaba era contar historias protagonizadas por mujeres.
Gracias a mi profesora de Historia de 2° ESO, Pilar, apareció esta pregunta en mi cabeza: ¿dónde estaban y qué hacían las mujeres de esa época? Además, por suerte, mi abuela y mi madre siempre me han contado anécdotas familiares. Entonces, ¿por qué no juntar todo en una web feminista?
Eso hice. Y aquí sigo, ahora en Bucarest, aporreando el teclado de Sen Enderezo que funciona desde 2014.
* Todos los artículos de Sen Enderezo pertenecen a alguien: Laura Oliveira Sánchez u otras colaboradoras. Copiar en un examen, está mal. Robar el contenido de otra persona haciendo copy-paste también, y es ILEGAL. Cita Sen Enderezo en la bibliografía y no parafrasees. Es más divertido escribir textos únicos, te lo aseguro.*
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