¿Por qué las mujeres no llevan corbata?

Los hombres llevan corbata desde el siglo XVII, pero ¿por qué las mujeres no la ponen en su cuello? Millones de hombres la llevan a sus reuniones de trabajo, funerales o bodas. Sin embargo, este lazo al cuello guarda una historia bastante interesante que, muy probablemente, desconoces. Para eso están los artículos de Sen Enderezo, para explicar cuándo se empezaron a usar las corbatas y dar pinceladas de herstory a un relato con tanta testosterosa.
¿Cuándo se empezaron a usar las corbatas?
- ¿Cuándo se inventó la corbata?
- Cómo se convirtió la corbata en un símbolo de poder, clase y elegancia
- La corbata para todos: la elegancia al alcance de las clases medias
- ¿Por qué las mujeres deben usar corbata?
- Bibliografía y fuentes
- Últimos artículos de Sen Enderezo
Tiempo de lectura: 13 minutos
¿Cuándo se inventó la corbata?
Se inventaron en Croacia y se pusieron de moda en Francia, en el siglo XVII. Vamos a ponernos en contexto: durante la Guerra de los Treita Años (1618-1648) se enfrentaron las principales potencias de Europa Central y Francia contrató a soldados croatas profesionales para combatir.
Pero ¿por qué se cogieron las armas? Al principio, se trató de un enfrentamiento religioso entre los partidarios de la reforma vs contrareforma. Después, como en otras ocasiones a lo largo de la Historia, las inquietudes espirituales dejaron paso a las aspiraciones políticas.
Y te preguntarás, mientras los checos, franceses o futuros alemanes se aniquilaban, ¿tenían tiempo para pensar en la elegancia de una corbata? No, y te estás acercando a la verdadera función.

Al menos en su nacimiento, los moños como le llaman en Argentina o la corbata michi de Perú, ese trozo de tela era solo una parte del uniforme de los soldados croatas al servicio de Francia. Sigue leyendo para entender la imagen al completo.
¿Qué tiene que ver la Guerra de los Treinta Años y las corbatas?
- Los franceses querían ganar la guerra. Punto. Y al igual que los ingleses hicieron para enfrentarse a María Pita, decidieron contratar a mercenarios profesionales, auténticas máquinas humanas programadas para el campo de batalla.
- Los que tenían un mejor CV eran los croatas. Su uniforme incluía un pañuelo con motivos tradicionales que anudaban alrededor del cuello. Este complemento servía para acomodar las chaquetas y la camisa, sin necesidad de cuellos rígidos que no resultaban cómodos.
- Cuando se terminó la guerra, los mercenarios croatas presentaron sus respetos al «Rey Sol», Luis XIV de Francia (1638-1715), que todavía era un niño. Según la bibliografía de la que disponemos, el monarca galo vio el lacito (como le dicen los venezolanos) de sus invitados y comenzó a incorporar corbatas a sus vestuarios. Te invitamos a echar un vistazo a nuestra investigación sobre la moda y los peinados antes de la Revolución Francesa.
Un par de años antes de firmar la Paz de Westfalia, en la Corte francesa ya se podían ver aparatosos pañuelos y prototipos de la corbata que conocemos hoy. En definitiva, la prenda más masculina del mercado tiene su origen en el frente y luego un infante llamado «Rey Sol» se la ponía en las reuniones de la Corte.

«La Cravate» es el primer nombre que recibió la corbata, en honor a sus inventores croatas. Todavía en la actualidad se llama así en francés y se parece a otras lenguas, por ejemplo, el gallego: gravata.
Las primeras corbatas de la historia

Cómo la corbata se convirtió en un símbolo de poder, clase y elegancia
Primero fue el rey, le siguieron los nobles y después las clases acomodadas. A principios del siglo XIX, la corbata comenzó a formar parte de un uniforme exclusivo de gentlemen de cierto estatus. Aquí nada es casualidad, ni que el uso de la corbata sea prácticamente masculino, ni que en la actualidad no sea lo mismo un conjunto de Primark que un traje de diseño.
Por las calles parisinas y londinenses de 1800 paseaban hombres con corbatas y pañuelos. Era evidente que, al poco tiempo, alguien tendría una brillante idea: Neckclothitania (1818), el manual para hacer nudos de corbata para todas las ocasiones. En otras palabras, estamos ante una especie de código propio de las clases altas.
Cuéntame cómo pasó dedicó un capítulo a la Educación la Mundología. Antonio Alcántara, un español de pueblo, quería subirse al tren del «progreso» durante el Franquismo, y eso empezaba con saber cómo vestirse y aprender a hablar «con propiedad».
Los libros de buenos modales del Franquismo, como el que lee Alcántara cuando se mete en el mundo de los negocios. En Netflix encontramos realitys asiáticos en los que se les enseña a «comportarse como occidentales».
Es difícil imaginar una reunión de altos ejecutivos sin corbata. Tampoco vemos con frecuencia a los invitados de una boda sin este complemento, aunque a última hora probablemente termine en la cabeza.
¿Y en el Congreso? Durante la toma de posesión del gobierno del PSOE junto a Unidas Podemos en España (2020), la prensa dedicó artículos enteros a un pequeño detalle: algunos ministros no llevaban corbata.

Y esta popularidad viene de la Revolución Industrial y la fabricación en cadena en el sector textil, pero no fue solo un cambio en la forma de producir.
- Los medios de transporte avanzaron y se pudo empezar a extraer materiales textiles fuera del viejo continente y llevarlo a las mejores sastrerías de París: lino, algodón, lana… Dejamos para otro día lo que pasaba con la población autóctona, como los esclavos de Estados Unidos.
- Las máquinas de las fábricas del sector textil, a menudo manejadas por mujeres en crinolina, no paraban de producir corbatas, pajaritas y ascots. Este último tiene su origen en las carreras de caballos de Reino Unido y es una corbata que se usa solo en eventos muy formales. Sí, en numerosos países la hípica es sinónimo de dinero.
- En esta época, la corbata se introdujo en otros ámbitos y dejó de ser una prenda propia de la aristocracia. Los cirujanos de «buena cuna» y los intelectuales también se uniformaron de esta manera que Pepe Mujica llama «mono con corbata«.
La corbata para todos: la elegancia al alcance de las clases medias
La corbata se convirtió en un complemento accesible para las clases medias en el siglo XX. Y este hecho se lo debemos a los industriales de Nueva York, que en la década de 1920, lanzaron al mercado los modelos que todavía conservamos en Occidente.
Jesse Langford ideó la forma de fabricar corbatas en lote siguiendo un modelo en cadena. Cortar la tela del lacito y coser por tres partes se conoce con el nombre de «corbata Langford».
- Las corbatas ya eran un elemento imprescindible en las oficinas de la Gran Manzana.
- Así como en los colegios privados, piensa en cómo iba vestida Rory Gilmore de lunes a viernes, de uniforme y una corbata corta al coello.

Los estampados florales y colores llamativos llegaron en los 80, una tendencia que continuó en 1990. Sin embargo, ya no era imprescindible vestir de traje, corbata o americana para hacer negocios. Steve Jobs fue un hombre de básicos.
¿Por qué las mujeres deben usar corbata?
La corbata es un símbolo de autoridad, no una simple prenda decorativa. Sinónimo de jefe de sección, senador o catedrático de la Facultad de Derecho. ¿Quieres romper el techo de cristal simbólico? Empieza por uniformarte con el traje de batalla, saca del armario de tu padre una corbata. No queremos ser como los hombres, los feminismos solo buscan la igualdad real entre varones y mujeres.
Las mujeres deberían apoderarse de este complemento tan masculino y llevarlo a su terreno. No sería la primera vez que se le da la vuelta a la tortilla de esta manera. En los 90 y principios del 2000, Britney Spears sacó varios videoclips vestida de colegiala con corbata, Oops!…I Did It Again.
Estas son algunas prendas de ropa y peinados que se han redefinido en las últimas décadas:
- El pueblo indígenas de Bolivia ha sido apartado de las instituciones durante décadas. El racismo no es una anécdota del pasado, al igual que el clasismo, y este es el motivo por el que las cholitas lucen con orgullo sus faldas con grandes volantes. Lejos de ocultar sus raíces, las presentan al mundo.
- Las feministas de República Dominicana reivindican derechos para todas sus compatriotas, mientras muchas de ellas han dejado hace tiempo las planchas o los trenzados, ahora muestran sus afros. La herstory del pelo nos enseña que ni la ropa ni el cabello son simplemente una cuestión estética.
- ¿Y cuál es la otra prenda que por mucho tiempo fue solo apta para hombres? Los pantalones. La primera en dar el paso y salir a la calle en pantalón fue Luisa Capetillo (Puerto Rico). En el juicio en el que fue acusada de escándalo público, argumentó que ella siempre iba con pantalones, puesto que debajo de las telas vestía enaguas.
Mansplaining: los hombres me explican cosas
El mansplaining es explicar algo a una mujer de manera condescendiente, asumiendo que no tiene conocimiento sobre el tema. ¿En qué tipo de conversaciones pasa esto? Al hablar de coches, fútbol, tecnología, entrenamientos y deportes, política… y cualquier ámbito de la vida dominado por el género masculino. Incluso cuando sale el tema de las violencias obstétricas o la crianza de los menores, tarea tradicionalmente asignada a ellas. No obstante, «mi favorito» es el que tiene lugar en las oficinas y otros espacios de trabajo.
Pongámonos en situación. Has preparado durante semanas una reunión importante con unos clientes que están interesados en la marca que representas. Eres una experta en el tema, te has dejado las pestañas en los libros y desde hace unos años diriges tu departamento, después de haber pasado por todos los puestos, comenzando por el clásico «becario». Los asistentes toman asiento y empiezas a presentar la propuesta de la empresa.
- Tras 20 minutos de exposición, vienen las preguntas. El cliente tiene curiosidad por el producto «A» y quiere oír más detalles. Comentas los beneficios que aporta su uso, blablabla. Genial. Hay un silencio, un tiempo para la recepción de información y reflexión, los clientes están barajando si les interesa el acuerdo.
- Y ahora es cuando Pepito «salta al rescate». Tiene menos experiencia laboral que tú, peores calificaciones universitarias y no ha trabajado en la presentación ni conoce tan en profundidad lo que la empresa quiere vender. Pero, ni corto ni perezoso, repite en bucle (aunque cambiando un poco el léxico) todos los argumentos que has puesto sobre la mesa desde el inicio de la reunión.

- Salta tu autoridad, busca notoriedad y, en cuanto le des el toque para que recoja su ego y vuelva al equipo, te soltará algo de este estilo: «Tranquila, si solo quería ayudar, no es para ponerse así». Sarcasco: Sí Pepito, es que si no es por ti, la reunión hubiera sido un fracaso. Probablemente, después de este atropello, el cliente se dirija al hombre con traje y corbata.
Soy de las que creo que el mansplaining aumenta en función de la edad de la mujer que se tiene delante (o la que aparenta). A mi abuela, de 81 años y la cabeza bien amueblada, le suelen hablar en los bancos y otros lugares con hombres trajeados como si fuera «tonta». Siempre me explica que lo primero que no soporta es que alguien que no es su nieto, se dirija a su grupo de edad como «abuela» o «los abueletes». Para, acto seguido, asumir que como nació en 1941, no entiende los papeles que tiene delante.
Spoiler: Mi abuela, aunque no tiene estudios universitarios, se pasa las horas muertas leyendo y lista es un rato.
Y no hace falta irse a los encuentros de ejecitivos o las reuniones de abogacía que tenía constantemente Miranda, de Sex and the City, ¿recuerdas sus americanas de corte masculino y su icónico corte de pelo? El mansplaining se ve en otras situaciones cotidianas:
- Cada vez que llevo el coche al taller y me hablan como si fuese incapaz de comprender la diferencia entre una turca y el motor;
- En algunas consultas médicas, cuando el tono del profesional empieza a ser condescendiente y usar vocabulario inapropiado para mi edad. Efectivamente, no soy una profesional de la salud, pero tampoco tengo 11 años y soy capaz de procesar información referente a mi cuerpo (si no entiendo la terminología, por supuesto que preguntaré, como siempre hago en el ginecólogo o el dentista);
- A veces en conversaciones con gente que no me conoce demasiado, en las que sale el tema de la tecnología y el famoso algoritmo, para acto seguido me hablan de ordenadores como si hubiera estado viviendo en 1915 y apareciera en 2023 por una de las puertas del Ministerio del tiempo (serie de La 1). Llevo 8 años trabajando en SEO, sé algunas cosas sonre los motores de búsquedas como Google.
Otro clásico de «los hombres me explican cosas» ocurre en los hospitales, por ejemplo, cuando la médica es una mujer con cara de estudiante de 3º de Medicina. ¿Cuántas veces al día los pacientes le cuentan al enfermero de 45 años lo que deberían decirle a la médica que está a su lado?
Hace años yo también hice un «mansplaining» combinado con un Machismo rancio. Tuve un problema con el coche y en el taller, era mi primera vez allí, me recibió una mujer. Di por hecho que era la secretaria o algo así y expliqué por encima qué quería y dónde estaba el mecánico, a lo que ella contentó: pues la tiendes delante y ese ruidito es «X». Me quedé roja como un tomate.
Bibliografía y fuentes
- A brief history of the tie (2017)
- The History of Neck- and Bowties
- The History of Ties
- Pedro Sánchez se quita la corbata para ahorrar energía y dar ejemplo (2022)
- De las corbatas a las camisetas en 90 años de Parlament (2022)
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