El alto costo oculto del cáncer de útero: la lucha de Marysol

Marysol, de 66 años, es una mujer que ha enfrentado una batalla feroz contra el cáncer. Tras haber superado dos cánceres de mama, se encontró con un nuevo desafío: un carcinoma de endometrio. A pesar de la tenacidad que ha demostrado en su trayectoria de lucha contra la enfermedad, enfrentarse al cáncer de útero no ha sido menos desafiante, especialmente cuando se trata de los efectos secundarios y los costos asociados con el tratamiento. Sen Enderezo está hoy aquí para ponerle nombre a esta lucha, que también ha dado a conocer Público.

Tabla de contenido (tiempo de lectura: 5 min)

La realidad del cáncer de útero

La radioterapia, utilizada en el tratamiento del cáncer de útero y otras condiciones similares, puede tener efectos devastadores en la vulva, la vagina y el clítoris de las pacientes. Marysol describe el proceso de braquiterapia, una forma de radioterapia interna, como una experiencia física y emocionalmente agotadora. Pasó horas inmóvil, con un cilindro metálico insertado en su vagina, mientras se administraba la radiación. Sin embargo, lo que siguió después del tratamiento fue aún más desafiante.

«Te curan pero te hacen polvo», explica Marysol.


Los costos de la enfermedad

La radiación afectó gravemente a sus órganos genitales, dejándolos atrofiados y cerrados. Para recuperar su salud sexual y genital, se vio obligada a buscar una serie de tratamientos adicionales. Lo que es aún más impactante es que ninguno de estos tratamientos está cubierto por la Seguridad Social, lo que significa que Marysol tiene que pagar más de 200 euros al mes de su propio bolsillo.

Los costos se suman rápidamente. Desde geles específicos hasta óvulos vaginales, Marysol debe afrontar una lista de gastos para mantener una mínima funcionalidad y calidad de vida. Además, los ejercicios dilatadores son esenciales debido al cierre completo de su vulva causado por la radiación. Pero incluso estos tratamientos son solo la punta del iceberg. Para algunas mujeres, como Marysol, puede ser necesario recurrir a la ginecología regenerativa, una opción costosa y a menudo inaccesible.

El caso de Marysol no es único. La falta de priorización de la salud sexual femenina en el sistema de atención médica es un problema persistente. Miriam Al Adib, ginecóloga y docente, señala que incluso los tratamientos de dilatación y lubricación pueden no ser suficientes para algunas pacientes, y se necesitan enfoques más avanzados como la ginecología regenerativa.


¿Por qué el tratamiento no está financiado?

A nivel legislativo, los tratamientos no medicinales como estos no están regulados, lo que deja a las pacientes en una situación vulnerable donde los costos son determinados por los laboratorios o compañías proveedoras. Aunque el Ministerio de Sanidad reconoce la necesidad de reformar la legislación para abordar este problema, aún queda un largo camino por recorrer.

La historia de Marysol pone de relieve la urgencia de abordar los desafíos ocultos y los costos adicionales que enfrentan las mujeres que luchan contra el cáncer de útero y otras enfermedades similares. La salud sexual y genital de las mujeres no debería ser considerada como un lujo, sino como un aspecto fundamental de su bienestar y calidad de vida. Es hora de que se tomen medidas concretas para garantizar que todas las mujeres tengan acceso a los tratamientos y cuidados que necesitan, sin importar su situación financiera.

Estas son las preguntas y las respuestas que más veces se ven en la red cuando se busca información sobre este tema.

Se están realizando esfuerzos para abordar la falta de accesibilidad a los tratamientos para la salud genital después del cáncer de útero. Esto incluye la presión sobre las autoridades sanitarias para que regulen estos tratamientos y los hagan más asequibles. Además, se están llevando a cabo campañas de concienciación sobre la importancia de la salud sexual y genital de las mujeres, con el objetivo de mejorar la cobertura de los tratamientos necesarios y garantizar que todas las pacientes tengan acceso a la atención que necesitan.

Para las mujeres que enfrentan dificultades financieras, puede ser difícil acceder a los tratamientos necesarios para mantener su salud genital después del cáncer de útero. Algunas opciones incluyen buscar programas de asistencia financiera proporcionados por organizaciones sin fines de lucro, hablar con su médico sobre opciones de tratamiento más asequibles o buscar clínicas o centros médicos que ofrezcan servicios a tarifas reducidas para pacientes con dificultades económicas.

Los tratamientos para abordar los efectos secundarios del cáncer de útero, como la atrofia vaginal y la disfunción sexual, pueden ser costosos debido a varias razones. Estos tratamientos a menudo no están cubiertos por la Seguridad Social, lo que significa que los pacientes deben pagar de su propio bolsillo. Además, la falta de regulación de estos tratamientos no medicinales permite que los proveedores establezcan precios altos.


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