Las minas de worlframio de Fontao (Vila de Cruces) fueron fundamentales en la II Guerra Mundial. Este material servía para el armamento y material de guerra. Aquí fueron a parar presos políticos, mujeres pobres que se vieron obligadas a ejercer la prostitución y hombres en busca de un jornal.

El Pazo de Oca tiene los jardines más impresionantes de Deza. Por un modesto precio, puedes sacar preciosas fotografías y entender a qué se debe su éxito. Una casa señorial que hoy acepta a cualquiera que tenga interés.

La bandolera más famosa de Galicia, nació en la comarca de Deza Tabeirós. Al menos, eso es lo que cuenta la leyenda de la mujer que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. ¿Existió realmente Pepa a Loba? ¿Por qué se convirtió en nuestra Robin Hood? En Sen Enderezo hemos buceado en esta interesante historia.

La ruta de senderismo por la Ribeira del Ulla es apta para todos los públicos. En total suma 15 kilómetros y tienes la oportunidad de practicar acampada libre, siempre que respetes el medio en el que estás y a los vecinos. También forma parte de la red alternativa al Camino de Santiago. ¡En el borde de la comarca de Deza Tabeirós!

Antes de la llegada de la electricidad, los alimentos se conservaban en nevedras de piedra que perforaban varios metros de suelo. Acércate a las neveras de Fixó en Forcarei o date una vuelta por la nevera de Xermade (Lugo). En este artículo te proponemos una ruta de senderismo desde Pousadas a Grobas. En la aldea de Grobas, ¡se puede dormir gratis en una casa vecinal!

Galicia es verde, lluvia, montañas y mar. La Serra do Candán está en Forcarei y es una excelente opción para pasar un fin de semana. En este post te explico cómo hacer una ruta de senderismo de 15 kilómetros de poca dificultad. También hay paradas para monasterios y sitios interesantes para comer.

Vedra está marcada por la emigración y los recursos naturales que atraen a los senderistas. Aquí te digo cómo llegar al punto de partida de la Ruta dos Muíños que solo consta de 2 kilómetros. Un sendero circular acto para personas de todas las edades y perros. ¡Prepara la cámara de fotos!

Francisco tuvo dos hijos, una esposa y emigró a Buenos Aires. Era lo que se llevaba en esa época, hacer las Américas. Un día, dejaron de llegar cartas y la asignación que juntaba con tanto esfuerzo. Y fue a partir de ese momento cuando Pepa se convirtió en la viúva de un vivo.

Buenos Aires es la quinta provincia de gallego. Allí fue a parar Manuel, el hermano de mi bisabuelo. Un hombre de campo que primero emigró a Asturias, luego hizo el servicio militar en Marruecos y al final saltó el Atlántico para no volver nunca. ¿Te suena el relato?

Antes de que el Puerto de Vigo fuese el más grande de España y muy relevante para Europa, había balnearios en los que veraneaban las familias adineradas. La muchacha que limpiaba el suelo y se encargaba de lavar las toallas era María. Como nadie ha escrito las memorias de una nena labrega, me he tomado la molestia de seguirle la pista a mi bisabuela.

Melena al aire, tacones y ganas de demostrarse a sí misma que podía hacer lo mismo que un hombre. En pleno Franquismo, aquello de andar en Vespa no era cosa de mujeres, pero siempre hay alguien dispuesto a dar la nota. En una tarde de verano en una aldea del interior de Galicia, Alicia tomó los mandos.

En la Guerra Civil y la posguerra española, hasta el más mínimo detalle podía significar ser señalado. Ante la sospecha de ser contrario al bando nacional, te rapaban la cabeza y los vecinos empezaban a ignorarte. Fue lo que le ocurrió a unas amigas de la familia, unas chicas que terminaron exiliándose en Venezuela. El único delito fue ser hijas de un sindicalista. Eso sí, Pura (la tía de mi abuela) mantuvo el contacto por carta.

A las minas de Asturias fue a parar un gallego llamado Manuel. Y no fue el único. Muchos fueron los españoles que se instalaron en las cuencas mineras porque allí había trabajo. Ni el bable ni las largas horas en la oscuridad espantaron a este hombre, ya que en la mina había compañerismo.

Indalecio tuvo que reinventarse. Primero trabajó como herrero, pero eso de reparar herramientas y poner herraduras a los animales no parecía tener futuro. Entonces, aprendió el oficio del electricista en la fábrica de la luz. Pasaba horas a las orillas del río vigilando que las turbinas funcionasen correctamente.

Pepe emigró a Francia para construir los hoteles del Pirineo. Dormía en barracas. Iba y venía según temporadas. Tiempo después, volvió a hacer las meletas pero un poco más lejos: a Londres. En esta ocasión con su esposa, Áurea, allá pasaron cinco años sirviendo cafés en residencias de estudiantes, limpiando cuartos y lavando platos a poca distancia de Piccadilly.