¿Juana la Loca estaba loca?

Juana la Loca no estaba loca de amor. Esta reina vivió aislada por orden de su familia. Le ocultaron la muerte de sus padres, los Reyes Católicos, y estuvo encerrada en un convento durante décadas. El padre y el marido se aliaron para dejar fuera del mapa político a la reina. En el mes de marzo, Sen Enderezo publica artículos sobre grandes reinas y su verdadera historia.

¿Juana la Loca estaba loca?

¿Quién fue Juana la Loca?

Juana I de Castilla (1479-1555) fue la hija de los Reyes Católicos: Isabel I y Fernando V. Como legítima heredera del trono, la familia considera que la niña necesita formación académica. Recibe clases de religión, urbanidad, danza y buenos modales. Su madre Isabel I desea que su hija llegue a reina, pero su padre se opone a la idea.

Juana I de Castilla de joven.

El destino de la joven pasaba por un matrimonio concertado. El candidato perfecto fue Felipe I de Castilla, apodado El Hermoso. Cuentan que se conocieron en Lier (Bélgica) y ella se enamoró a primera vista. Un auténtico flechazo que terminó en compromiso y un matrimonio en Flandes. 

  • Juana mostró en varias ocasiones sus reservas en cuanto a los cultos religiosos y los ritos católicos. Este ascetismo religioso dio mucho de lo que hablar.
  • Las reglas de decoro en Flandes eran más laxas que en Castilla. La pareja podía sentarse en la misma mesa para el almuerzo. 
  • Como en cualquier matrimonio compuesto por dos nacionalidades, tuvieron choques culturales y a veces no se entendían. Las princesas del Renacimiento europeo tenían una visión del mundo más amplia que la de las castellanas. Juana cedió hacia la mentalidad de Felipe.
  • Después del fallecimiento de Isabel, Juan y su sobrino Miguel, la única heredera legítima del trono era Juana. Sin embargo, su padre (Fernando V) apostó por el marido de su hija en lugar de su propia sangre. 

Fernando V tenía claro desde hacía tiempo que quería dejar Castilla en manos de su yerno. Así que le fue instruyendo: le invitó a los actos oficiales, le acompañaba en todos los eventos y le daba consejos sobre la figura del rey. A Isabel I no le gustaba ese trato de favor porque creía que Juana, su hija, debía llevar las riendas. Pero, como se suele decir, donde hay patrón no manda marinero.

La reina consorte de Castilla, la famosa Isabel la Católica, quiso interceder a favor de su hija Juana. Insistió para que volviese a su tierra y abandonase el extranjero, de tal manera que estuviese más cerca de su padre. Quizá, finalmente, el rey fallase a favor de la joven. 

Cuando se instalaron en Castilla, la reina reconocida era Juana y su marido el rey consorte. Significa que todas las decisiones importantes debían de pasar por la mujer. No obstante, en realidad fue Felipe quien tenía el poder (en complicidad con su suegro).

La misión de Juana estaba clara: traer a este mundo un hijo varón. Un heredero para el Reino de Aragón. Otras reinas se obsesionaron con la fertilidad y su deseo de engendrar un niño, por ejemplo María de Castilla

Finalmente, Felipe El Hermoso decide abandonar a su esposa en Castilla y volver a Flandes. Este hecho la sumió en una profunda tristeza, lo que hoy llamaríamos depresión. La mantuvieron engañada durante un año, enviando correspondencia entre ambos lugares y creándose falsas esperanzas. Juana quería reunirse con su esposo y su madre se negaba a que abandonase Castilla. Si se iba, nadie podía asegurarle el trono aunque era la sucesora natural. 

El Puto Mikel es uno de los mejores historiadores de España. Con gusto le cedo parte del protagonismo de este artículo.

¿Por qué Isabel la Católica se negó a que Juana I abandonase Castilla?

La reina Isabel la Católica peleó para que hija ocupara el trono. No le convenía viajar a Flandes para reencontrarse con Felipe, así que utilizó todos los recursos con los que contaba para retener a Juana en Castilla.

  • Decidida, Juana recogió sus cosas y estaba dispuesta a irse acompañada de su doncella de confianza. 
  • No esperaba la traición de Beatriz de Bobadilla, su dama más fiel. Por orden de Isabel I, encerró a Juana en el Castillo de la Mota.
La reina Isabel la Católica. Autor anónimo (1490).
  • La única manera con la que puede protestar Juana es usando su cuerpo. Ahí empieza su historial clínico. Se pasea por los cuartos del servicio, sale al patio en ropa interior, amenaza con hacerse daño… Este nivel de degradación es descrito como locura. 
  • Tras una fuerte discusión y su absoluto descontento, Isabel la Católica permitió que Juana se fuese a Flandes.

¿Qué pasó con Juana la loca cuando murió su madre?

En Flandes, Juana I de Castilla se mostró orgullosa de ser castellana. Nunca juró lealtad a la Corona francesa. Cuando murió su madre, Isabel la Católica, pierde el contacto con los sirvientes y las personas más allegadas a su figura. En la lectura del testamento, la reina dejó por escrito su última voluntad.

  • Si ella muere, quería que Juana fuera la reina de Castilla.
  • Para hacer efectivo el documento, necesitaba la firma de Juana. Este gesto significaba ponerse en contra de su padre. Al final, se niega a hacerlo.
  • Para asegurarse de que no cambiaría de opinión, tanto Felipe como Fernando quieren incapacitar a Juana. Es decir, alegar demencia para que nunca sea reina.
  • Juana termina huyendo y se refugia en una casa humilde. Su progenitor nunca fue en busca de ella.

Mientras Juana confía en el buen hacer de su padre, ella no recibe apoyo. Viendo que su marido Felipe El Hermoso es querido por los cortesanos, solicita una reunión con Fernando V. En el encuentro se decide que no habría regencia de Fernando el Católico y los reyes pasan a ser Juana y Felipe. Es decir, el marido puede tomar decisiones sin contar con la esposa. 

Palacio de los Condestables de Castilla, Burgos.

Ya instalados en el Palacio de los Condestables de Castilla (Burgos), fallece Felipe I de Castilla en 1506. El médico escribió en el certificado de defunción que la causa de la muerte se debía a haber bebido agua fría después de jugar a la pelota. Otras voces apuntaron hacia el envenenamiento. El cuerpo fue embalsamado y trasladado a Granada junto a los restos mortales de Isabel (aunque antes pasó un tiempo con Juana).


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¿Por qué Juana la Loca no estaba loca?

Juana I de Castilla aparece en los libros de texto de Historia bajo el apodo de Juana la Loca. Sin embargo, pocas veces en el colegio nos hemos cuestionado si esta mujer padecía demencia realmente. Contaba con el legítimo derecho de ocupar el trono, tomaría las decisiones más importantes de Castilla y nunca tuvo comportamientos extraños hasta la edad adulta. 

A lo largo del tiempo, se han hecho numerosos estudios sobre esta reina. Algunos autores apuntan que sufría esquizofrenia y otros trastornos de la personalidad. Bajo este cuadro clínico, resultaría imposible reinar. Y ahora es cuando viene la otra parte del debate, las historiadoras que se cuestionan cómo se ha llegado a esta conclusión si en la época no existía la esquizofrenia. No es una tarea sencilla evaluar el nivel de cordura de alguien que vivió en la Edad Media.

Juana durante su encierro.

La documentación histórica debe interpretarse bajo los términos conocidos en la época. Por lo tanto, todavía sigue siendo confuso el diagnóstico de Juana. Además, ¿qué significa padecer locura? La figura de Juana sigue siendo polémica, pero a mí me gustaría destacar que hasta que no hagamos una herstory fiel (la historia contada desde los ojos de las mujeres), no podremos descubrir toda la verdad sobre las reinas de nuestro país.

Los hechos que conocemos con certeza es que Juana quedó aislada del mundo. No podía hablar con nadie, se sumergió en una profunda tristeza y nunca llegó a reinar. ¿Por qué terminó en esta situación tan miserable?

  • Felipe El Hermoso muere y Fernando V está en Nápoles. Sin la autorización del padre, el Consejo del Reino no tiene poder para adoptar las normas del testamento de Isabel a favor de Juana.
  • Así que el estado anímico de Juana empeora. No tiene intención de reinar, cree que su padre sabrá hacerlo mejor. Quizá por falta de experiencia o una vida apartada de la toma de decisiones, pero no tiene deseos de gobernar. 
  • Cuando Fernando V vuelve a Burgos y Juana reside en Arcos de la Llama, se reúnen en 1507 para aclarar quién es el monarca de Castilla. Se desconoce los acuerdos del encuentro.
  • Juana tiene que dejar su cómoda vida en Arcos de la Llama, por orden de su padre, y llega a Tordesillas. La única condición que pone ella es llevarse el féretro de su marido.

Al llevarse el sepulcro de Felipe, comienzan a circular leyendas que refuerzan la idea de que Juana estaba loca. Se llegó a decir que la castellana practicaba la necrofilia y que estaba trastornada porque echaba de menos a su cónyuge. En realidad, el motivo por el que Juana nunca quiso enterrar a su marido y por eso lo mantuvo en su féretro, es porque de ese modo seguía “casada”.

Doña Juana la Loca de Francisco Padrilla y Ortiz (1877).

Jamás pensó en contraer matrimonio en segundas nupcias. Quiere mantener su estado civil para que el día de mañana, su hijo Carlos I de España pueda reinar. De haber estado casada con otro hombre, todo se complicaría. En el Monasterio de las Clarisas en el que es obligada a vivir en Tordesillas, está privada de todo contacto social y desinformada de lo que ocurre.

  • No llega a la treintena y es viuda. Pasará 45 años en el monasterio. Tanto su hijo como otros familiares se encargaron de dejar a la monarca fuera de juego. Sin ver lo que pasa fuera de esas cuatro paredes, sus capacidades mentales empiezan a mermarse. 
  • No se le comunica el fallecimiento del padre. Siguiendo la lógica de la monarquía, Juana sería la reina. Sin embargo, sin este aviso, su hijo Carlos se autoproclamó monarca. Mientras, su madre sobrevive en la más absoluta soledad. 
  • Se le niega el derecho a gestionar sus propios bienes. La Corte castellana alega que tendrán en cuenta a Juana la Loca cuando recupere la razón. Por supuesto, en las condiciones de encierro en las que se encontraba, este milagro nunca llegó.
  • Para mantenerla engañada, le envían cartas ficticias de familiares que ya habían fallecido. Hasta que se entera de la verdad gracias a los comuneros.
  • En una ocasión, le proponen firmar un acuerdo de la Corte por el que se restringen los poderes de los consejos legales. En otras palabras, esto significaba ponerse en contra de su hijo, a lo que Juana responde que no está conforme. 

Juana I de Castilla demostró capacidad jurídica antes de su encierro involuntarIio e incluso durante su estancia en el monasterio. Este es un motivo de peso para demostrar su cordura, según algunos estudiosos de la reina. Sin embargo, hay estudios psiquiátricos que analizan sus comportamientos y concluyen que sí padecía una patología. En este blog feminista queremos poner en tela de juicio el diagnóstico o, al menos, explicar por qué esta mujer llegó a los límites del raciocinio

De esta gran reina de España sin trono, queremos destacar su afición por la lectura. La degradación humana a la que llegó tras 45 años de aislamiento, que la lleva a perder la noción del tiempo. Un viaje por su biografía deja en evidencia que siempre hay varias formas de narrar un hecho histórico y, en Sen Enderezo, queremos hacerlo con las gafas moradas bien puestas

  • Si en el siglo XVI no se conocía la esquizofrenia y tampoco se disponía de un cuadro clínico, ¿por qué se ha repetido esta idea como un mantra?
  • Si en la Edad Media se realizaban diagnósticos de un modo diferente al actual, ¿por qué se ha investigado poco la indisposición o la condición mental de esta figura histórica?

En el año 1555, Juana I de Castilla nos dejó. Consumió más de media vida entre los gruesos muros del Monasterio de Santa Clara de Tordesillas. Tiempo después, en 1574, decidieron trasladar su cuerpo y el de su esposo a Granada, donde se encuentran las sepulturas del resto de la familia real.


Del matrimonio conservamos dos apodos muy significativos: El Hermoso y La Loca. En este artículo hemos querido reflexionar sobre la figura de una gran reina que nunca buscó el poder. Tampoco ocupó el trono que le pertenecía y pasó la mayor parte de su existencia en la soledad. Alguien de la importancia de esta monarca del siglo XVI, merecía ser revisada desde otra perspectiva.


Bibliografía y fuentes sobre Juana I de Castilla

Recomendación literaria: La loca de Cristina Fallarás

Cristina Fallarás viene de publicar La Loca, un libro que se basa en el diagnóstico equivocado de Juana I. Pero no te vayas a pensar que es un tocho histórico alejado de nuestros días, la autora mezcla la actualidad o las vivencias de esta grande de Castilla.

Cuesta menos de 20 euros y se puede comprar online, ¿no te parece un buen autoregalo?

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2 Comments on “¿Juana la Loca estaba loca?”

  1. Gracias Laura!, esos apodos son inolvidables “La Loca y El Hermoso” y claro que pasé a visitarlos en Granada 🙂

    un abrazo!

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    • Hola Evelyn,

      Gracias por dejarnos un comentario en Sen Enderezo. Creo que el mejor resumen es lo que ha quedado para la historia: dos apodos muy significativos. A Juana le dejaron el papel de la mujer fatal y al marido el rol del monarca prudente.

      Seguiremos buceando en la historia colocando muy bien las gafas violetas. ¿Te gustó Granada y el lugar en el que los tienen enterrados? Me da un poco de apuro admitir que todavía no conozco la ciudad. Quizá pueda viajar más al sur de España cuando desaparezca de nuestras vidas la pandemia.

      Un abrazo,
      Laura

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